Por: Gerardo Cartagena Crespo
INTRODUCCIÓN
Cuando los primeros pensadores cristianos comenzaron a profundizar en las verdades de la fe, se encontraron con una gran dificultad: ¿cómo expresar y explicar verdades sobrenaturales o espirituales que escapan al conocimiento humano con palabras y conceptos puramente humanos?
Es por eso que ellos se dieron a la tarea de buscar, y así lo hallaron en los pensadores griegos y latinos, palabras que definieran y con las que se pudieran entender, con un lenguaje humano, las verdades de fe que el Espíritu de Dios había revelado a la Iglesia.
Conceptos tales como la existencia y naturaleza de Dios, el hecho mismo de la Encarnación, el misterio de la Trinidad, la vida espiritual y de la gracia... Son verdades sobrenaturales que para su total comprensión requerían de palabras o términos humanos para poder ser entendidos al estilo humano, pero sin perder su realidad sobrenatural y divina.
Es aquí donde entra en juego la filosofía (del griego amigo o amor a la sabiduría; podemos definirla también como amor y búsqueda de la Verdad) como herramienta de reflexión y estudio para explicar y así poder ser entendidas las verdades divinas o de la Divina Revelación.
Aquí te presento algunas de ellas con el propósito de establecer y dejar asentado la realidad objetiva de la existencia y naturaleza de Dios (y otras verdades de fe); y cómo esta realidad se manifiesta y se hace presente en la Verdad.
Nota. La inmensa mayoría de los protestantes lanzarán esto al zafacón aduciendo que ellos sólo se dejan llevar por la Biblia y lo que les indica el Espíritu Santo, y así no tienen porqué seguir "enseñanzas de hombres".
Si fuera verdad que se dejan llevar por la Biblia y por el Espíritu de Dios, ¿por qué sus interpretaciones ha provocado las decenas de miles de divisiones que hoy vemos fuera del catolicismo, en contra de lo que enseña la Biblia sobre la unidad de cuerpo, apostolado y doctrina que debe haber en la Iglesia? Esta realidad es un signo poderosamente convincente (de entre otras más) de que la doctrina de "sola scriptura" es totalmente contraria a la Biblia. (Para ampliar esta información puedes acceder a: "Desmontando la sola scriptura").
*** *** ***
A. Filosofía. Del griego “philos”, amigo, y “sophia”, sabiduría. »La filosofía no es otra cosa que la búsqueda de la sabiduría, la búsqueda objetiva de la verdad. »Es la explicación y respuesta, en un lenguaje humano, de las verdades últimas y primeros principios del ser.
La filosofía clásica reviste este matiz, y por eso los primeros pensadores cristianos la utilizaron para tratar de explicar con un lenguaje humano, las verdades de la fe contenidas en la Divina Revelación. Es por eso que los cristianos (y no cristianos) que deseen penetrar y profundizar en las verdades de fe, deben hacerlo teniendo en cuenta los conceptos filosóficos que la explican.
Las palabras son como fuentes de agua que alimentan y calman la sed de saber; llenan el espíritu de conocimiento y le muestran el camino de la verdad.
INTRODUCCIÓN
Cuando los primeros pensadores cristianos comenzaron a profundizar en las verdades de la fe, se encontraron con una gran dificultad: ¿cómo expresar y explicar verdades sobrenaturales o espirituales que escapan al conocimiento humano con palabras y conceptos puramente humanos?
Es por eso que ellos se dieron a la tarea de buscar, y así lo hallaron en los pensadores griegos y latinos, palabras que definieran y con las que se pudieran entender, con un lenguaje humano, las verdades de fe que el Espíritu de Dios había revelado a la Iglesia.
Conceptos tales como la existencia y naturaleza de Dios, el hecho mismo de la Encarnación, el misterio de la Trinidad, la vida espiritual y de la gracia... Son verdades sobrenaturales que para su total comprensión requerían de palabras o términos humanos para poder ser entendidos al estilo humano, pero sin perder su realidad sobrenatural y divina.
Es aquí donde entra en juego la filosofía (del griego amigo o amor a la sabiduría; podemos definirla también como amor y búsqueda de la Verdad) como herramienta de reflexión y estudio para explicar y así poder ser entendidas las verdades divinas o de la Divina Revelación.
Aquí te presento algunas de ellas con el propósito de establecer y dejar asentado la realidad objetiva de la existencia y naturaleza de Dios (y otras verdades de fe); y cómo esta realidad se manifiesta y se hace presente en la Verdad.
Nota. La inmensa mayoría de los protestantes lanzarán esto al zafacón aduciendo que ellos sólo se dejan llevar por la Biblia y lo que les indica el Espíritu Santo, y así no tienen porqué seguir "enseñanzas de hombres".
Si fuera verdad que se dejan llevar por la Biblia y por el Espíritu de Dios, ¿por qué sus interpretaciones ha provocado las decenas de miles de divisiones que hoy vemos fuera del catolicismo, en contra de lo que enseña la Biblia sobre la unidad de cuerpo, apostolado y doctrina que debe haber en la Iglesia? Esta realidad es un signo poderosamente convincente (de entre otras más) de que la doctrina de "sola scriptura" es totalmente contraria a la Biblia. (Para ampliar esta información puedes acceder a: "Desmontando la sola scriptura").
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Contenido
Primera parte
*Filosofía *Existencia *Substancia *Ser *Modos substanciales (substancia espiritual, substancia intelectual) *La naturaleza de Dios
*Modos substanciales (substancia material) *Opinión físico-filosófico de la transubstanciación (en qué consiste la presencia substancial de Cristo en el pan y vino consagrados) *El concepto nada
*Eternidad / infinito *Ser Absoluto y ser contingente *Causa y efecto *Substancia y accidente
*** *** ***
A. Filosofía. Del griego “philos”, amigo, y “sophia”, sabiduría. »La filosofía no es otra cosa que la búsqueda de la sabiduría, la búsqueda objetiva de la verdad. »Es la explicación y respuesta, en un lenguaje humano, de las verdades últimas y primeros principios del ser.
La filosofía clásica reviste este matiz, y por eso los primeros pensadores cristianos la utilizaron para tratar de explicar con un lenguaje humano, las verdades de la fe contenidas en la Divina Revelación. Es por eso que los cristianos (y no cristianos) que deseen penetrar y profundizar en las verdades de fe, deben hacerlo teniendo en cuenta los conceptos filosóficos que la explican.
Por ejemplo, la filosofía ayudó enormemente a explicitar lo que estaba implícito en la Sagrada Escritura como el misterio inefable de la Santísima Trinidad tal y como es entendido tanto por católicos y ortodoxos, y grupos protestantes que creen en este misterio. Aquí lo de “sola scriptura” no funciona puesto que la Biblia no la menciona ni la describe, y los textos que se utilizan (para probar la divinidad de Jesucristo por ejemplo) pueden ser interpretados de diversas maneras (y de hecho son interpretados de diversa manera por quienes la niegan). Pero aún así, los textos utilizados para probar la divinidad de Cristo no son suficientemente claros ni lo suficientemente explícitos como para desarrollar y definir la doctrina trinitaria. Es por eso que tanto en la antigüedad (los arrianos) como en la actualidad muchas sectas la niegan (como los testigos de Jehová, los solo Jesús, los mormones...). De aquí la gran importancia de la filosofía, dentro del marco de la Tradición Apostólica con la que la Iglesia Católica, inspirada por Dios en el Espíritu Santo, se vale para desarrollarla.
También para esclarecer y explicar en un lenguaje humano misterios como la encarnación del Verbo por el que se explica la unión de la naturaleza divina en una naturaleza humana por la unión hipostática ("hypostasis" - substancia / persona) manteniendo ambas naturalezas pero un solo ser: Jesucristo. Gracias a esta realidad los católicos podemos entender que quien muere en la cruz es un hombre que es Dios, es decir, Dios que no puede morir lo hace en una naturaleza humana; por eso el valor meritorio de Cristo en la Cruz es infinito. Y por ello podemos asegurar que María es Madre de Dios, porque quien nace de ella es un hombre que es Dios.
Gracias a la filosofía es que se ha podido entender y explicar en un lenguaje humano (no el misterio en sí mismo, sino aquello que puede ser entendido y explicado por la razón humana) el gran misterio de amor de la presencia real, verdadera y física de Cristo en la Eucaristía por medio de la transubstanciación, por el que la substancia del pan y el vino cambian, se transforman, pero no así los accidentes (de esto hablaré detalladamente en la segunda parte).
Y es así que gracias a la filosofía, en contra de lo que dicen los ateos de que la fe es irracional y absurda, la fe puede ser razonada. Sin esta cualidad la fe sería como creer en cuentos de hadas, sería toda una fantasía, ni tampoco se podría demostrar racionalmente la existencia de Dios ni la verdad de la Biblia en su sentido religioso, ni nada que tuviera que ver con lo sobrenatural.
La filosofía, en contra de lo que afirman los ateos, es, al igual que la ciencia, una herramienta del conocimiento humano con su propio campo de estudio: los conceptos universales del ser. Por eso tanto la Teología como, en muchos aspectos, la ciencia se valen de ella para explicitar y explicar lo que está implícito.
También se utiliza para significar y señalar como base la línea de pensamiento de un grupo ya religioso, ideología política, económico o social, o cualquier forma de pensamiento con el que se pretende explicar una creencia o ideología: por ejemplo, el ateísmo, el marxismo, el budismo...
B. Existencia. «Del latín “ex” »a partir de »fuera de, y “sistere” »estar en pie »estar puesto. Es el hecho de “ser”, o el acto de “ser”. En todo ser creado, la existencia entra en composición con la esencia y la actúa. Sólo Dios es la «forma» a la que pertenece necesariamente la existencia. Dios es su existir» -Diccionario del Cristianismo-.
Debemos saber y entender que cualquier ente por el hecho de existir...
a) puede ser conocido directamente por los sentidos externos (tal hombre o mujer que no conozco; una ciudad o país que nunca he visitado ni he oído hablar; una nueva especie de ser vivo o un sistema planetario que aún no ha sido descubierto); o
b) pueden ser conocidos indirectamente por las evidencias dejadas y que el entendimiento, gracias a los sentidos internos, puede razonablemente inferir su existencia (pisadas dejadas por la tal persona en la arena; objetos varios que señalan su procedencia de la tal ciudad o país; rastros, huellas u otras señales visibles que hablen o indiquen la existencia de tal ser vivo aún no descubierto ni identificado; el comportamiento de la luz proveniente de una estrella que dé a entender la existencia de un cuerpo extraño en órbita a su alrededor).
Todo cuanto existe (material o espiritual), de alguna forma u otra, gracias al entendimiento humano, puede ser conocido (de que de hecho sea conocido dependerá de muchos factores). Por eso es una falacia aferrarse al sofisma de que si no lo he visto, ni lo he percibido directamente por los sentidos externos, es imposible que exista. En esto se puede estar abierto a las posibilidades siempre y cuando no sean conceptos contradictorios. La búsqueda de pruebas y evidencias puede ser una ayuda para evitar caer en el otro extremo: la credulidad sin razón y sin sentido (por ejemplo: creer que los astros rigen y dominan nuestro destino, cuando la verdad científica ha demostrado con toda claridad objetiva que eso es falso).
C. Substancia. «Del latín “substantia”, derivado de “substare” »estar debajo; traducido del griego “hypostasis” »hipóstasis. Lo que es apto para existir en sí y no en otro; y lo que constituye el soporte de todo lo que existe «en otro». Se opone a accidente» -Diccionario del Cristianismo-.
También se utiliza para significar y señalar como base la línea de pensamiento de un grupo ya religioso, ideología política, económico o social, o cualquier forma de pensamiento con el que se pretende explicar una creencia o ideología: por ejemplo, el ateísmo, el marxismo, el budismo...
B. Existencia. «Del latín “ex” »a partir de »fuera de, y “sistere” »estar en pie »estar puesto. Es el hecho de “ser”, o el acto de “ser”. En todo ser creado, la existencia entra en composición con la esencia y la actúa. Sólo Dios es la «forma» a la que pertenece necesariamente la existencia. Dios es su existir» -Diccionario del Cristianismo-.
Debemos saber y entender que cualquier ente por el hecho de existir...
a) puede ser conocido directamente por los sentidos externos (tal hombre o mujer que no conozco; una ciudad o país que nunca he visitado ni he oído hablar; una nueva especie de ser vivo o un sistema planetario que aún no ha sido descubierto); o
b) pueden ser conocidos indirectamente por las evidencias dejadas y que el entendimiento, gracias a los sentidos internos, puede razonablemente inferir su existencia (pisadas dejadas por la tal persona en la arena; objetos varios que señalan su procedencia de la tal ciudad o país; rastros, huellas u otras señales visibles que hablen o indiquen la existencia de tal ser vivo aún no descubierto ni identificado; el comportamiento de la luz proveniente de una estrella que dé a entender la existencia de un cuerpo extraño en órbita a su alrededor).
Todo cuanto existe (material o espiritual), de alguna forma u otra, gracias al entendimiento humano, puede ser conocido (de que de hecho sea conocido dependerá de muchos factores). Por eso es una falacia aferrarse al sofisma de que si no lo he visto, ni lo he percibido directamente por los sentidos externos, es imposible que exista. En esto se puede estar abierto a las posibilidades siempre y cuando no sean conceptos contradictorios. La búsqueda de pruebas y evidencias puede ser una ayuda para evitar caer en el otro extremo: la credulidad sin razón y sin sentido (por ejemplo: creer que los astros rigen y dominan nuestro destino, cuando la verdad científica ha demostrado con toda claridad objetiva que eso es falso).
C. Substancia. «Del latín “substantia”, derivado de “substare” »estar debajo; traducido del griego “hypostasis” »hipóstasis. Lo que es apto para existir en sí y no en otro; y lo que constituye el soporte de todo lo que existe «en otro». Se opone a accidente» -Diccionario del Cristianismo-.
Los pensadores griegos infirieron que las cosas o entes existentes estaban constituidas por algo intrínseco a ellas y que les daba el ser y el existir. A ese algo intrínseco e invisible de todas las cosas existentes llamaron “substancia”, y lo que era perceptible a los sentidos, aquello que recubre a la substancia lo llamaron “accidente”.
Debemos saber que el concepto de substancia que ellos tenían se limitaba a aquello que estaba inmediatamente por debajo de los accidentes perceptibles por los sentidos ya que, al desconocer las diversas estructuras de la materia (compuestos orgánicos e inorgánicos, elementos simples, protones, neutrones y electrones, quark y leptones, y otras partículas) desconocían estos otros entes que también son accidentes con respecto a la substancia primera creada (en la segunda parte se ampliará este concepto).
Debemos saber que el concepto de substancia que ellos tenían se limitaba a aquello que estaba inmediatamente por debajo de los accidentes perceptibles por los sentidos ya que, al desconocer las diversas estructuras de la materia (compuestos orgánicos e inorgánicos, elementos simples, protones, neutrones y electrones, quark y leptones, y otras partículas) desconocían estos otros entes que también son accidentes con respecto a la substancia primera creada (en la segunda parte se ampliará este concepto).
La substancia en el orden metafísico
Nota. Debemos saber que, la metafísica (más allá de lo físico) como rama de la filosofía “estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica” y, por ello, una herramienta útil del conocimiento especulativo. Para una comprensión de lo que es la metafísica, recomiendo el siguiente vídeo: Qué es la metafísica (duración 15 minutos).
»Es aquello que hace que tal ente (ejemplo, tal hombre- Pedro) sea ese ente y no otra cosa (ejemplo, sólo Pedro y no Juan).
»Es el fundamento de una cosa o ente que permanece inmutable a lo largo del tiempo en el que todos sus accidentes cambian, menos él. Por ejemplo: tal hombre- Pedro (substancia - hypostasis / persona) hoy es gordo, joven, fuerte y saludable (accidentes), pero un tiempo después se ha vuelto flaco, viejo, débil y enfermo, pero, a pesar de que sus accidentes han cambiado, sigue siendo tal hombre- Pedro.
La substancia en el orden físico o material
»Lo podemos identificar con el elemento primero que contiene al ente físico y le da el ser y el existir. Es el elemento primero creado del cual se forman los demás entes (desde las partículas elementales).
Nota. En física teórica se teoriza sobre la existencia de una partícula cuya propiedad es dar o transferir masa a otras partículas. Esta partícula (el bosón de Higgs), según Rolf Heuer, director general del CERN (Centro Europeo de Investigación Nuclear), forma "una especie de melaza cósmica que está en todas partes, lo permea todo y se le pega a las otras partículas.” ¿Será esa “melaza cósmica” la substancia primera creada y necesaria para que existan los entes?
Nota. En física teórica se teoriza sobre la existencia de una partícula cuya propiedad es dar o transferir masa a otras partículas. Esta partícula (el bosón de Higgs), según Rolf Heuer, director general del CERN (Centro Europeo de Investigación Nuclear), forma "una especie de melaza cósmica que está en todas partes, lo permea todo y se le pega a las otras partículas.” ¿Será esa “melaza cósmica” la substancia primera creada y necesaria para que existan los entes?
La substancia en el orden sobrenatural
En Dios la substancia se identifica con su divinidad, mientras todos los demás seres creados se identifican con sus accidentes. Y así se dice que Pedro o Ana se identifican con su propia naturaleza, que es humana, pero no con la substancia de la cual está construida su naturaleza, ya que la naturaleza humana es una forma accidental de la substancia y no la substancia misma.
Dios, que es espíritu puro, al carecer absolutamente de toda accidentalidad, se identifica con su propia substancia. Decir substancia divina es decir Dios. Por eso Dios es absolutamente simple (sin partes, sin potencialidad alguna, sin cambio...). Si entiendes esto podrás entender, hasta donde la capacidad humana nos lo permita, el porqué Dios es eterno y su aseidad, es decir que existe por sí mismo.
D. Ser. «Palabra clave de la gramática y de la metafísica, que tiene precisamente por objeto el ser en cuanto ser -Diccionario del Cristianismo-. El ser es todo cuanto existe. En su forma más universal abarca todo lo que existe (de aquí que a los seres individuales nos referiremos a ellos como entes): seres físico (desde la misma substancia por el que los entes físicos existen, una partícula, una galaxia, una fuerza o energía...); seres metafísico (un concepto intelectual, el alma humana, la persona humana, los ángeles...); Ser sobrenatural (Dios).
E. Modos substanciales
Existen de hecho varias formas substanciales que podemos captar y conocer ya de un modo directo y objetivo por los sentidos externos (el ser físico o concreto), o de un modo indirecto gracias a la razón (formas substanciales de seres espirituales, intelectuales y físicos).
1. Substancia espiritual, ¿qué es?
Para responder correcta y adecuadamente la pregunta, debemos comenzar por indagar lo que "no es". El tener una idea clara y lo más exacta posible de la realidad espiritual nos ayudará a evitar conceptos erróneos sobre Dios, los ángeles, el alma humana… Ejemplo, no es lo mismo afirmar que todo cuanto existe fue creado por Dios que es Espíritu infinito y eterno, absoluto y personal (teísmo), que todo cuanto existe es Dios (panteísmo). Por eso Dios existe por sí mismo (aseidad) y no por otro.
Nota. Para las definiciones se usará, como marco de referencia, la naturaleza espiritual de Dios.
a. La substancia espiritual, ¿es materia?
No. La substancia espiritual no es de índole material, ni energía cósmica de ninguna clase (ni conocida ni desconocida), ni nada que indique ser de origen y orden físico o de este mundo temporal. Por eso Dios es el Trascendente. De aquí que quien identifica a Dios con una energía o con la naturaleza misma (panteísmo) no ha entendido el concepto "espíritu" y yerra terriblemente en su definición de Dios.
b. La substancia espiritual, ¿es de índole puramente intelectual, producto del pensamiento humano?
No. No puede ser solamente una abstracción mental, ni invención del raciocinio humano puesto que, de no existir la realidad espiritual, indicaría que el hombre es pura materia (materialismo); y la materia pura, por más "inteligente" que ésta pudiera ser (si es que se hubiese dado), jamás tendría la capacidad de elevarse más allá del conocimiento sensible, físico, material; pues la substancia espiritual le es ajena y extraña a su misma naturaleza o esencia puramente material. De hecho, de no existir la realidad espiritual no existiría la conciencia ni la inteligencia tal y como la conocemos en el ser humano. Realmente no existiría nada. Por eso Dios se identifica con la existencia; su esencia es existir; en palabras sencillas, Dios es el Existente; y el Omnisciente, la Sabiduría infinita y eterna.
Nota. Para entender esta realidad espiritual, haz un alto y ve este vídeo donde el padre Carreira intenta explicarle a un ateo la imposibilidad de que la materia pueda realizar actos metafísicos como el de una poesía. Sólo una entidad espiritual puede realizar actos metafísicos (duración 10 minutos). También sobre el surgimiento de la conciencia cuyo enlace está a pie de página.
c. La substancia espiritual, ¿ocupa espacio?
No. La substancia espiritual no ocupa ningún tipo o forma de espacio o lugar que la limite; no tiene forma, color, dimensiones, peso, movimiento; todo aquello que es natural en los entes físicos, le es ajeno y extraño. Por eso Dios es Omnipresente, sin ocupar espacio ni lugar está en todas partes.
Para las criaturas espirituales dichos estados hay que entenderlos de modo análogo al mundo físico, puesto que, aunque son espíritus y, por ello, simples no son eternos ni infinitos en el sentido propio como lo es la Divinidad. Es así que, aunque los espiritus creados y el alma humana ya en el Cielo, en el Purgatorio y en el Infierno no están en un "lugar" según lo entendemos en este mundo, sí, en el estado de vida que les ha tocado existir, acupan "espacio", pues al no ser infinitos poseen límites, y el límite está restringido a un espacio.
d. La substancia espiritual, ¿se rige o es regida por el tiempo?
No. La substancia espiritual no es regida ni se rige por el tiempo, ni es afectada por las sucesiones y los cambios.
Para entender lo que a continuación voy a exponer y explicar, debemos saber y entender que, el tiempo no es otra cosa que la medida, realizada por la inteligencia, de la "duración" que es propia del "ser" y "existir" de los seres creados, y que una forma como se manifiesta es en el movimiento y la transformación.
»Ahora bien, sólo el Ser Absoluto es eterno e infinito. Absolutamente no es afectado por el tiempo (ni temporal ni relativo), ni sucesos ni cambio alguno. Dios no cambia ni se muda, de lo contrario estaría limitado en su ser, luego no sería Absoluto ni Dios. Dios es Acto Puro (más abajo se ampliará esta idea). Por eso Dios es atemporal y eterno, de aquí que tiene ante sí en una sola mirada todos los tiempos.
»La substancia espiritual creada, al no poder abarcar la eternidad ni ser infinita, participa de un modo relativo de la eternidad e infinitud de Dios, es decir la inmortalidad que le es propia por su naturaleza espiritual; y de modo análogo a nuestro modo de percibir el tiempo, es decir, la duración. Luego es afectada por un tiempo relativo en cuanto que tuvo un principio, un inicio, aunque no tendrá fin. No es lo mismo ser inmortal que ser eterno. La inmortalidad, aunque no tiene fin, tuvo un comienzo, un principio por el que comienza a existir; la eternidad no tiene principio ni fin y, aunque es atemporal, abarca todos los tiempos existentes desde sus comienzos. Sólo Dios es eterno. De aquí el término “sempiterno” aplicado a todas las criaturas espirituales las cuales tuvieron un principio pero no tendrán fin. De esto se ampliará en la tercera parte.
Ante todo esto, la substancia espiritual escapa a cualquier definición o concepto que se tenga de ella en el plano físico.
Más sobre la naturaleza de Dios
El conocer y entender, desde una teología cristiana y católica, la naturaleza de Dios, nos ayudará a diferenciar y separar al Dios judeo-cristiano (el Dios que se ha revelado a la humanidad) de las divinidades de invención puramente humana; o de las definiciones que hacen los ateos de Dios, cuya existencia sería imposible, para después negarlo. Y es que Dios no es como las criaturas; no es hombre ni mujer ni necesita de género (como muchísimas criaturas para la conservación de la especie). Dios es absolutamente único en su especie y, por ser eterno, no necesita conservarla en ese sentido.
Dios no posee forma física de ninguna clase, pues no posee límites, por lo que no podemos concebir cómo es; lo que sí podemos entender es que él es la bondad y belleza misma; su hermosura y su bondad radica o es su misma naturaleza, su misma y única esencia o divinidad (de aquí que las bondades y belleza de las criaturas es un reflejo, aunque imperfecto, de la perfectísima bondad y belleza de su Creador).
Por eso cuando en la Biblia se le da a Dios cualidades humanas o se hace una descripción de él como si fuese un ser humano (manos, piernas, espaldas, traje blanco, sentado en un trono, que sopla, se arrepiente, se mueve…) todo ello hay que verlo y entenderlo como un género literario (antropomorfismo) que NO pretende describir a Dios, sino su relación con el hombre.
Dios es el ser infinitamente simple (aunque en las criaturas podamos distinguir la substancia y la esencia --naturaleza--, en Dios substancia y esencia se identifican con su divinidad. Son una misma cosa).
De aquí que Dios no posea partes (en Dios sería una imperfección). Por eso en Él no existe ni se da la división, ni los límites en dimensión y perfección.
Ahondando más profundo, de estas verdades se desprende que Dios no ocupa espacio, ni puede ser ubicado como las criaturas; por eso Dios está en todas partes (en la creación) y en ninguna parte (en su ser trascendente) a la vez.
Ahora entremos en una cuestión teológica más profunda: Antes de la creación, ¿dónde estaba Dios ubicado? En ninguna parte. ¿Por qué? Porque no existía lugar donde ubicarse. Si Dios no puede ser ubicado y no existe un lugar donde ubicar a Dios, ¿dónde está o cómo está presente? Por eso Dios existe y se ubica en sí mismo.
Para evitar cualquier interpretación errónea o falsa que pudiera conducir a una mutabilidad, movimiento o cambio en Dios, más que ubicarse en la creación, la creación se ubica en Dios. ¿Por qué? Porque fuera de Dios no puede existir nada (por sus atributos de esencia, presencia y potencia); ni siquiera el infierno ni los demonios y condenados existen fuera de Él.
Nota. Por eso cuando tú bendices y alabas a Dios lo haces ante él, de igual manera cuando pecas y haces cosas contrarias a su voluntad lo haces ante él, pues, como dice San Pablo que, "en él vivimos, nos movemos y existimos" (Hechos 17, 28).
Dios no posee potencialidad de ninguna clase. En Dios sería una imperfección. La potencialidad es una capacidad o cualidad propia de las criaturas llamadas a la perfección. Es decir, las criaturas poseen la capacidad o potencialidad de pasar de lo menos perfecto a lo más perfecto según su naturaleza. Y así, un niño o niña son adultos y padres en potencia, un pichón de águila es un ave que vuela en potencia, la idea en la mente del artista está en potencia, una vez realizada y concluida está en acto...
Dios es acto puro; luego no cambia ni se muda; sus decretos son eternos e inmutables; existen desde siempre.
Dios es el ser infinitamente simple (aunque en las criaturas podamos distinguir la substancia y la esencia --naturaleza--, en Dios substancia y esencia se identifican con su divinidad. Son una misma cosa).
De aquí que Dios no posea partes (en Dios sería una imperfección). Por eso en Él no existe ni se da la división, ni los límites en dimensión y perfección.
Ahondando más profundo, de estas verdades se desprende que Dios no ocupa espacio, ni puede ser ubicado como las criaturas; por eso Dios está en todas partes (en la creación) y en ninguna parte (en su ser trascendente) a la vez.
Ahora entremos en una cuestión teológica más profunda: Antes de la creación, ¿dónde estaba Dios ubicado? En ninguna parte. ¿Por qué? Porque no existía lugar donde ubicarse. Si Dios no puede ser ubicado y no existe un lugar donde ubicar a Dios, ¿dónde está o cómo está presente? Por eso Dios existe y se ubica en sí mismo.
Para evitar cualquier interpretación errónea o falsa que pudiera conducir a una mutabilidad, movimiento o cambio en Dios, más que ubicarse en la creación, la creación se ubica en Dios. ¿Por qué? Porque fuera de Dios no puede existir nada (por sus atributos de esencia, presencia y potencia); ni siquiera el infierno ni los demonios y condenados existen fuera de Él.
Nota. Por eso cuando tú bendices y alabas a Dios lo haces ante él, de igual manera cuando pecas y haces cosas contrarias a su voluntad lo haces ante él, pues, como dice San Pablo que, "en él vivimos, nos movemos y existimos" (Hechos 17, 28).
Dios no posee potencialidad de ninguna clase. En Dios sería una imperfección. La potencialidad es una capacidad o cualidad propia de las criaturas llamadas a la perfección. Es decir, las criaturas poseen la capacidad o potencialidad de pasar de lo menos perfecto a lo más perfecto según su naturaleza. Y así, un niño o niña son adultos y padres en potencia, un pichón de águila es un ave que vuela en potencia, la idea en la mente del artista está en potencia, una vez realizada y concluida está en acto...
Dios es acto puro; luego no cambia ni se muda; sus decretos son eternos e inmutables; existen desde siempre.
De aquí que, todas las acciones de Dios en el tiempo, en la eternidad de Dios son actuales. Cuando en oración se pide a Dios una gracia (un milagro por ejemplo) y lo concede Dios no está haciendo un acto de movilidad o cambio, sino que en su eternidad ya lo ha realizado en atención a la oración. Cuando Dios amenaza con un castigo y no lo cumple porque los destinatarios se arrepienten y se convierten (el caso de Jonás), no es que Dios se haya arrepentido (como en algunos casos que leemos en el Antiguo Testamento) ni cambiado de parecer, sino que en su eternidad así lo decretó en atención de los conversos.
Por eso Él es el Trascendente (que está más allá de la materia, fuera de este mundo físico y temporal, infinitamente por encima de todo), de aquí que no puede ser conocido por el método científico (como exigen los ateos para saber si existe o no) pues el conocimiento de Dios es en otro plano de estudio como la filosofía y la teología; y el Inmanente, es decir, que todo en Él se identifica consigo mismo, con su divinidad: substancia, esencia, existencia, ser, eternidad, los atributos... Todo ello (que la razón humana, por medio de la teología, individualiza como entes de razón para poder estudiarlo y entenderlo en un lenguaje humano) en Dios es una misma y única substancia espiritual e indivisible.
Por eso la encarnación del Verbo es un misterio de fe, puesto que el Verbo, al encarnarse en el seno de la Virgen, no se separa de la divinidad a la cual permanece unido como un todo.
Dios es la Singularidad absoluta.
e. Eternidad de la realidad espiritual, y temporalidad y finitud de la materia
Para entender y aceptar que Dios es eterno (hasta donde nuestra capacidad humana lo pueda comprender) y lo temporal y finito del mundo físico, hay que ver y entender lo siguiente:
Hay un sector de la sociedad que cree que existen mundos o universos paralelos al nuestro, es decir, que ocupan el mismo plano espacial pero en otra u otras dimensiones. Claro, ésta es simplemente una idea u opinión que no posee, en absoluto, ningún argumento científico ni filosófico que la sostenga, pero nos servirá como ejemplo para demostrar lo siguiente.
En otros artículos he argumentado sobre la imposibilidad absoluta (desde una sana filosofía) de que el universo sea eterno e infinito y cómo la ciencia ha demostrado y sigue argumentando, según van surgiendo nuevas evidencias gracias a los nuevos instrumentos de observación y medición, que el universo tuvo un comienzo y continuará expandiéndose para siempre; luego todas estas evidencias nos dan a entender que el universo tuvo un origen y un tiempo de inicio por el que podemos conjeturar su no existencia previa a dicho origen. Por lo que concluimos que esta dimensión física fue, en un momento dado, creada para albergar al universo y todo lo que él representa (tiempo, espacio, energía y materia). Por lo tanto, esta dimensión física contiene unos límites finitos en espacio y duración, por lo que no puede ser infinito ni eterno.
Concluimos que, antes de la creación del mundo físico o material sólo existía una única dimensión: la espiritual. Y esa única dimensión espiritual es Dios. Y para que pudiese existir la dimensión física, temporal y contingente es necesariamente absoluto la existencia previa de otro ser, concluimos como verdad apodíctica la existencia eterna de la dimensión espiritual, es decir, Dios es eterno.
Por consiguiente, los que se aferran a la fe totalmente ciega y sin ningún tipo de argumentos científicos ni filosóficos sobre la existencia de infinitas dimensiones o universos paralelos al nuestro, deberían, si realmente son inteligentes y sensatos, el admitir la existencia de la dimensión espiritual, pues ésta sí posee argumentos convergentes y convincentes científicos y filosóficos que la dan a conocer aunque sea de un modo racional.
El problema es que, para el ser humano moderno tiene más peso y validez la conveniencia que la convicción. De aquí el que muchos intelectuales tiendan a teorizar u opinar sobre la posible existencia de universos múltiples, universos paralelos, universos que se crean tras la explosión de una supernova o hipernova, y cuyos resultados de dichas explosiones (los agujeros negros) son puertas a esos otros universos... Todo lo que el ser humano pueda imaginar e inventar para poder desviar su mente, conciencia y voluntad del Creador, será siempre bienvenido aunque sea la teoría más absurda y ridícula que se pueda concebir.
Por eso Él es el Trascendente (que está más allá de la materia, fuera de este mundo físico y temporal, infinitamente por encima de todo), de aquí que no puede ser conocido por el método científico (como exigen los ateos para saber si existe o no) pues el conocimiento de Dios es en otro plano de estudio como la filosofía y la teología; y el Inmanente, es decir, que todo en Él se identifica consigo mismo, con su divinidad: substancia, esencia, existencia, ser, eternidad, los atributos... Todo ello (que la razón humana, por medio de la teología, individualiza como entes de razón para poder estudiarlo y entenderlo en un lenguaje humano) en Dios es una misma y única substancia espiritual e indivisible.
Por eso la encarnación del Verbo es un misterio de fe, puesto que el Verbo, al encarnarse en el seno de la Virgen, no se separa de la divinidad a la cual permanece unido como un todo.
Dios es la Singularidad absoluta.
e. Eternidad de la realidad espiritual, y temporalidad y finitud de la materia
Para entender y aceptar que Dios es eterno (hasta donde nuestra capacidad humana lo pueda comprender) y lo temporal y finito del mundo físico, hay que ver y entender lo siguiente:
Hay un sector de la sociedad que cree que existen mundos o universos paralelos al nuestro, es decir, que ocupan el mismo plano espacial pero en otra u otras dimensiones. Claro, ésta es simplemente una idea u opinión que no posee, en absoluto, ningún argumento científico ni filosófico que la sostenga, pero nos servirá como ejemplo para demostrar lo siguiente.
En otros artículos he argumentado sobre la imposibilidad absoluta (desde una sana filosofía) de que el universo sea eterno e infinito y cómo la ciencia ha demostrado y sigue argumentando, según van surgiendo nuevas evidencias gracias a los nuevos instrumentos de observación y medición, que el universo tuvo un comienzo y continuará expandiéndose para siempre; luego todas estas evidencias nos dan a entender que el universo tuvo un origen y un tiempo de inicio por el que podemos conjeturar su no existencia previa a dicho origen. Por lo que concluimos que esta dimensión física fue, en un momento dado, creada para albergar al universo y todo lo que él representa (tiempo, espacio, energía y materia). Por lo tanto, esta dimensión física contiene unos límites finitos en espacio y duración, por lo que no puede ser infinito ni eterno.
Concluimos que, antes de la creación del mundo físico o material sólo existía una única dimensión: la espiritual. Y esa única dimensión espiritual es Dios. Y para que pudiese existir la dimensión física, temporal y contingente es necesariamente absoluto la existencia previa de otro ser, concluimos como verdad apodíctica la existencia eterna de la dimensión espiritual, es decir, Dios es eterno.
Por consiguiente, los que se aferran a la fe totalmente ciega y sin ningún tipo de argumentos científicos ni filosóficos sobre la existencia de infinitas dimensiones o universos paralelos al nuestro, deberían, si realmente son inteligentes y sensatos, el admitir la existencia de la dimensión espiritual, pues ésta sí posee argumentos convergentes y convincentes científicos y filosóficos que la dan a conocer aunque sea de un modo racional.
El problema es que, para el ser humano moderno tiene más peso y validez la conveniencia que la convicción. De aquí el que muchos intelectuales tiendan a teorizar u opinar sobre la posible existencia de universos múltiples, universos paralelos, universos que se crean tras la explosión de una supernova o hipernova, y cuyos resultados de dichas explosiones (los agujeros negros) son puertas a esos otros universos... Todo lo que el ser humano pueda imaginar e inventar para poder desviar su mente, conciencia y voluntad del Creador, será siempre bienvenido aunque sea la teoría más absurda y ridícula que se pueda concebir.
A modo de complemento este vídeo de padre Carreira sobre ciencia y fe, explica lo que es la ciencia y lo que es la fe (duración 34 minutos)
Sobre el multiverso este artículo, aunque corto, lo explica muy bien
2. La substancia intelectual, ¿qué es?
Es aquella que solamente puede ser captada por los seres racionales (hombres-mujeres) o intuitivos (ángeles o espíritus puros creados); o es ya poseída por la divina esencia - Dios.
La substancia intelectual es aquella que puede ser entendida gracias a los sentidos internos y que:
a. puede darse en la realidad corporal: el concepto de triangularidad en un triángulo concreto, o de las formas en general...; o en la realidad afectiva: el concepto de amistad, familia, bondad...; o puede ser concebido como concepto metafísico: Dios, ángeles, alma, espíritu, absoluto, substancia, esencia, nada...;
b. puede ser utilizada de forma análoga para entender otras realidades substanciales:
1) espirituales: la triangularidad para explicar de un modo humano y sencillo el misterio de la Santísima Trinidad;
2) materiales: el concepto de las formas geométricas para la aplicación de medidas en la construcción y desarrollo arquitectónico, tecnológico...
Las substancias intelectuales son por ello las más exactas y las más importantes y necesarias (en el plano temporal) para descubrir y entender todas las realidades existentes (físicas, metafísicas, espirituales y sobrenaturales) que escapan a un conocimiento directo por los sentidos externos (ya sea del método científico o de la experiencia).
c.1) Ahora bien, existen conceptos inventados por algunos "intelectuales" que quieren pasarse de listos, para con ellas negar las verdades sobrenaturales y, por carecer de substancia y esencia, no pueden entenderse ni darse en la realidad existencial tanto material, espiritual ni intelectual.
Ejemplo: si Dios puede crear un círculo cuadrado; de no poderlo hacer, concluyen ellos, entonces no es Dios, luego no existe.
¿Entiendes tú lo que es un círculo cuadrado? ¿no? ¡Claro que no!, porque el círculo cuadrado es un absurdo, y Dios no hace absurdos.
O es círculo o es cuadrado, pero el círculo cuadrado ofende y ridiculiza a la inteligencia y la razón. El círculo cuadrado al carecer de substancia y esencia no puede ser entendido y, por lo tanto, es imposible que se dé en las realidades físicas, intelectual y espiritual.
c.2) O son conceptos que, pudiendo tener substancia si existieran, simplemente no pueden darse en la realidad.
Ejemplo: si Dios puede crear una piedra que ni él mismo pueda destruir; si no puede, no es todopoderoso, luego no es Dios, luego no existe.
El pretender que Dios pueda crear una piedra, u otro ser, con esa cualidad de infinitamente indestructible, es otro absurdo, una falacia de las más tontas e infantiles.
Toda criatura, por más perfecta que Dios la pueda hacer, seguirá siendo criatura; luego queda irremediablemente bajo la autoridad, dominio y poderío de su Creador; luego por su condición de criatura no puede contener nada que sea infinito.
Dios, por ser infinitamente poderoso no puede hacer nada que sea más poderoso que él, no porque le falte poder, sino porque al ser infinito en poder ya agotó absoluta y eternamente esa cualidad.
Luego ya no hay "espacio" ni "cabida" para otro absoluto con esa cualidad de indestructible.
Otra razón por la cual dicho concepto es absurdo es que si hubiera o existiera la posibilidad de crear una roca u otro ser que ni Dios pueda destruir, quiérese decir que Dios no es todopoderoso porque dicha cualidad o atributo en él NO está agotada, le falta, está incompleta, luego por más grande que fuera su poder por estar limitado, no podría crear tal ser con esa cualidad de indestructibilidad infinita.
Luego sea como sea, de cualquier modo tal ser no podría venir a la existencia: si Dios es Todopoderoso ya agotó infinita y eternamente esa cualidad; si existiera la posibilidad de crear un ser con esa cualidad, quiérese decir que Dios estaría limitado en poder, luego no podría crearla, luego tal ser ni ningún otro ser no podría ser creado, y Dios no existiría. Absurdo y ridículo para los que se quieren pasar de listo con tales argumentos fatulos, tontos e infantiles.
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Segunda parte
3. Substancia física - material - corporal
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