LA EPOCA DE JESUS
Un hecho que puede inclinar la balanza a favor de los argumentos católicos lo pueden dar los hechos del Nuevo Testamento. Jesús muchas veces se refiere al Antiguo Testamento(pero no explícitamente) dando testimonio de que si eran de valor para los judíos. Por ejemplo, en Lc 4,16-19, Jesús lee un texto de Isaías, en Mt 5,38-39, hace referencia a Levítico, en Mt 9, 13 hace referencia a Oseas, y así hay muchas más. Pero recordemos que los evangelios a excepción del de Mateo fueron escritos en griego. ¿De donde sacaron las alusiones del antiguo Testamento los evangelistas? Pues claro que de la Septuaginta por también estar en griego y sabemos que está constaba de 46 libros.
Además, 300 de las 350 referencias al Antiguo Testamento son tomadas de la Septuaginta y no del canon hebreo[24].
Cuando Jesús se refiere a la Biblia, sólo hace mención como Ley, profetas y salmos (Lc 24,24-27) sin especificar más. Esto se entiende ya que en su época no había un canon definido.
Pero tampoco hizo alusión a otros libros del Antiguo Testamento y sin embargo los protestantes los consideran como canónicos: Por ejemplo Ester, Sofonías, Eclesiastés, Cantar, Abdías o Nahum. ¿Será que bajo ese argumento dejaremos por fuera los libros que Jesús no mencionó? Es ridículo.
Además, los protestantes, tiene como canónicos libros con citas de referencias no canónicas[25]: "Por eso se dice en el libro de las guerras de Yahvé” (Num 21,14) ¿Este libro aparecerá en la Versión reina Valera? Te aseguro que no, y sin embargo el libro de los Números es canónico.
“Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo hubo tomado desquite de sus enemigos. Así está escrito en el libro del Justo” (Jos 10,13). ¿Será que a Lutero se le olvidó traducir este libro al alemán?
“David compuso el siguiente cántico para Saul ... y está escrito en el libro del Justo” (2 Sam 1,18). ¿El rey David usó un libro apócrifo?
En el Nuevo Testamento cuando ya los libros del canon hebreo estaban cuajados es imposible pensar que a alguien se le ocurriera escribir un texto basado en un libro no inspirado. Sin embargo, el apóstol Judas(no el traidor) escribe una carta que aparece en cualquier Nuevo Testamento protestante, en donde se basa en un libro apócrifo: “Ni siquiera el arcángel Miguel cuando discutía con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés se atrevió a proferir algo injurioso” (Jud 1,9).
¿Será que a uno de los doce ungidos de Jesús se le hubiera apartado el Espíritu Santo para que se basara en un apócrifo? Lo que realmente podemos analizar es que aun en la época de Jesús no existía un canon cerrado de los libros que podían considerarse sagrados e inspirados por Dios. No existe argumento para truncar la revelación de Dios hasta Malaquías pues la referencia que usó Judas fue “La Asunción de Moisés”, un apócrifo del año 4 A.C.
Algunos protestantes que reconocen que la Septuaginta usada en la época de Jesús contenía más libros, llegan a decir ahora, que los siete libros deuterocanónicos eran suplemento del rollo grande[26]. Este argumento no es valido ya que si los deutero no eran canónicos hubieran contaminado el rollo grande.
Se puede inducir un proceso tácito de canonicidad de los deuterocanónicos, por el simple hecho del papel que da la Iglesia primitiva a la versión de los Setenta. Ese uso indiscutido y su subsiguiente extensión por las Iglesias dan a entender la aprobación de los Apóstoles a esta versión, que contenía los deuterocanónicos.
HALLAZGOS DE QUMRAM
En el año de 1947 en la región de Qumram se encontraron varias referencias de la literatura judía en una época paralela a la de Juan Bautista. La importancia de estos hallazgos arqueológicos es que muestran tal vez los rasgos de un grupo religioso que al parecer fue narrado por Filón de Alejandría y Flavio Josefo conocidos como los Esenios.
Los fragmentos encontrados
Lo importante en este artículo es mostrar simplemente que dentro de los hallazgos fueron encontrados muchos escritos usados por los Esenios, diferentes de los 39 antes mencionados como protocanónicos.
La enciclopedia Encarta 2001 nos muestra los siguientes textos hallados: ... libros de himnos, comentarios bíblicos y textos apocalípticos; dos de las copias más antiguas conocidas del Libro de Isaías casi intactas y fragmentos de todos los libros del Antiguo Testamento, a excepción del de Ester. Entre estos fragmentos se encuentra una fantástica paráfrasis del Libro del Génesis. Asimismo se descubrieron textos, en sus idiomas originales, de varios libros de los apócrifos, deuterocanónicos y pseudoepígrafos. Estos textos, ninguno de los cuales fue incluido en el canon hebreo de la Biblia, son Tobías, Eclesiástico, Jubileos, partes de Enoc y el Testamento de Leví, conocido hasta entonces sólo en sus antiguas versiones griega, siríaca, latina y etíope.
Se puede decir que los hallazgos de Qumram son argumentos verdaderamente de peso para mostrar que los libros deuterocanónicos eran igualmente usados que los del canon judío palestinense, pues demuestran que no existía un supuesto canon cerrado.
¿CONCILIO EN JAMNIA?
Siguiendo con nuestro estudio llegamos a un punto determinante: el supuesto Concilio de Jamnia. He oído protestantes que dicen que este concilio surgió cuando los deuterocanónicos quisieron hacer parte del canon judío pero la veracidad histórica de este concilio sigue tan en duda como su verdadera fecha de realización (80-100 D.C). Jamnia era una ciudad judía ubicada a 12 millas del sur de Judá. La NJBC (New Jerome Bible Comentary) sostiene[27]: "No hay ninguna evidencia que lista alguna de libros haya sido definida en Jamnia." (p 1040). Se ha propuesto recientemente la idea de que lo que en verdad existió fue una escuela rabínica pero los protestantes que “no tienen tradiciones” siguen siendo fieles a la creencia del concilio y de la lista oficial de libros.
Cuando Martín Lutero traduce la Biblia al alemán sólo traduce 39 libros del Antiguo Testamento, tal vez inspirado en este canon de Jamnia, de los mismos judíos que entregaron al Mesías. Los católicos en cambio seguimos la Septuaginta usada en la época de Jesús de 46 libros.
¿Por qué hubo un concilio? Los judíos sabían que los cristianos utilizaban libros de la Biblia griega, y que existían cristianos por todo Oriente. El concilio excluyó los deuterocanónicos para que su Biblia se distinguiera de la usada por los cristianos; así ellos quedaron con una Biblia en hebreo de 39 libros, y los cristianos quedaron con un Testamento de 46 libros. Los cristianos entendían que los judíos eran los depositarios de la Palabra (Rom 3,1-2) pero al mismo tiempo vieron que esos depositarios mataron al Cristo, al Verbo. Además, un argumento de canonicidad basado en el lenguaje se queda corto, pensar que sólo lo inspirado estaría en hebreo es limitar la acción del Espíritu Santo.
LA IGLESIA PRIMITIVA Y LA VULGATA DE SAN JERONIMO
Poco a poco vamos dándole forma a nuestro tema, y de seguro que nuestro lector ya va entendiendo un poco más la razón de los deuterocanónicos y de por qué la Iglesia los hace inspirados. Pero falta el arma definitiva a nuestro favor: El pensamiento de los Padres y la Iglesia primitiva.
Justino Mártir en el siglo II en su “Dialogo con Trifón”[28] expresaba que los judíos habían mutilado la Escritura, aunque esta afirmación no está muy profundizada si hace ver que el canon cristiano debía ser de mayor extensión que el canon hebreo, y que los judíos estaban rechazando cualquier literatura que usarán los cristianos para diferenciarse de ellos.
De todos modos, los testimonios de los Padres que reconocen y aun, que mencionan los deuterocanónicos son muy amplios.
Siglo II
Dentro del siglo II no se vislumbra dudas acerca de los deuterocanónicos. TODOS los Padres de la Iglesia occidental reconocen y citan estos libros con el mismo peso que citan los protocanónicos, y nunca hacen la distinción entre ambos.
Clemente Romano menciona a Judit y Ester(1 Cor 22, 4-6). En su carta a los Corintios(27,5) cita (Sab 12,12)
La carta de Bernabé cita (Sab 2, 12) en (6, 7) y (Eclo 4, 36) en (19, 9)
Policarpo en su carta a los filipenses (10, 2) cita a (Tob 4, 10)
La Didajé cita a (Sab 12, 7) en (5,2)
El Pastor de Hermas cita en las siguientes cartas a los deutero[29]: Sim 5,3,8 (Eclo 18,30); Mand. 5,2,3 (Tob 4,19); Mand. 1,1 (2 Mac 7,28); Mand. 1,1 (Sab 1,14)
Justino en su apología 1, 46 cita las partes deutero de Daniel 3
Atenágoras en su obra Legatio pro Christianis cita a Baruc 3, 36 como profeta reconocido.
Siglo III
Ya a finales del siglo II, en Oriente, los apologistas cristianos debatían con los judíos. Como los judíos no reconocían los deuterocanónicos, los apologistas debieron utilizar los libros protocanónicos para rebatir sus errores. Esta actitud llevó a que algunos empezaran a dudar sobre la canonicidad de estos libros.
El primer caso conocido fue Melitón de Sardes(170 D.C), muy mencionado por los escritores protestantes. La realidad es que Melitón viajó a Palestina con el objeto de investigar sobre el Antiguo Testamento, y envió una carta al obispo Onésimo en donde sólo figuraban los protocanónicos, excepto Ester. Geroge Reid nos dirá de Melitón[30]: “Dice él que en esa tarea, aunque mantuvo el orden familiar de los Setenta, verificó su catálogo a base de interrogar a los judíos. Para ese tiempo, los judíos habían ya descartado en casi todas partes los libros alejandrinos, así que el canon de Melitón consiste exclusivamente de los protocanónicos minus Ester. Debe subrayarse, sin embargo, que el documento al que se le antepuso ese catálogo se pudo haber interpretado como orientado a la polémica antijudía, en cuyo caso se entendería bajo otra luz lo del canon restringido”.
Orígenes (185-254) también excluye los deuterocanónicos a la hora de definir los libros canónicos, pero en la práctica sigue usándolos, tal vez influenciado por el mismo manejo de los deuterocanónicos en las polémicas con los judíos. Orígenes de todos modos utiliza los deuterocanónicos con el mismo valor que los protocanónicos. En su obra “Hexapla” tienen lugar los libros deuterocanónicos; en su carta a Julio Africano reconoce Judith, Tobías y los fragmentos de Daniel como inspirados[31].
Pero así mismo en el siglo tercero encontramos Padres de la Iglesia que nunca dudan de la autenticidad de los deutero como Escritura:
· San Ireneo (202+) cita a Baruc, Daniel y Sabiduría[32]
· Clemente Alejandrino (215+) aduce (Jdt 8,27) en Strom. (2,7,35); (Tob 4,16) en Strom. (2,23); cita el libro de la Sab 25 veces, el de Bar 24 veces y el del Eclo 50 veces, especialmente en el Pedagogo. También alude a las partes deuterocanónicas de Dan y Est en Strom. 1,21; Es probable que también aluda al 2 Mac 1,10 en Strom. 5,14.[33]
· En la Iglesia Africana se encuentran Tertuliano(225) y Cipriano (258) quienes reconocen los deuterocanónicos excepto Judith, Tobías y los fragmentos de Ester.
· San Hipólito de Roma (235) como representante latino reconoce todos los deuterocanónicos, entre los cuales utiliza: Baruc y Macabeos. Pero rechaza Judith y los fragmentos de Ester.
· De igual modo, la iconografía del siglo III refleja muchos pasajes deuterocanónicos ilustrados[34]
Igualmente, se puede ver que los Padres que dudan de los deuterocanónicos (en el siglo III) “teóricamente” son casos aislados en Oriente. Pero estas ideas siguieron desarrollándose en la Iglesia de Alejandría, y pronto llegaron a Occidente en el siglo IV. Se aclara de todos modos, que en la práctica estos libros tenían el mismo peso escriturístico que los protocanónicos, y que lo que un Padre consideraba individualmente no era ni infalible ni acatable para toda la Iglesia.
Entre los Padres orientales que dudaron se tienen:
· San Atanasio (+373). Cita sólo los libros protocanónicos menos Ester, pero reconoce Baruc[35]. En la práctica da el mismo valor a los deutero[36], aunque tratando de presevar a Alejandría de la literatura apócrifa, no los defina como inspirados
· Cirilo de Jerusalén (+386). Prohíbe a los catecúmenos leer los libros apócrifos y los deuterocanónicos pero reconoce Baruc. En su Catequesis cita Sabiduría, Eclesiástico y Daniel como libros inspirados. Es un representante de la prohibición “teórica” de Oriente.
· San Epifanio (+403) reconoce 22 libros para llegar en concordancia con las letras del Alfabeto hebreo, entre los que Incluye Ester, Baruc y la Carta de Jeremías. De todos modos, en sus escritos utiliza la expresión: : “movido por el Espíritu Santo”[37], para referirse a los deuterocanónicos.
· San Gregorio Nacianceno (+389) sólo reconoce 22 libros del Antiguo Testamento menos Ester. De todos modos cita el libro de la Sab en Or. 28,8: MG 36,34; el Eclo en Or. 37,6,18: MG 36,290.304; el libro de Bar en Or. 30,13: MG 36,121; el de Dan 3,14 en Carm. praecept, ad virg. 177‑184: MG 37,592s, y Dan 13, en Or. 36,7; MG 36,273; Carm. 1,12: De veris Scripturae libris: MG 37,472[38]
Pero al mismo tiempo tenemos Padres en el siglo IV que reconocen la Autoridad de los Deuterocanónicos:
San Basilio Magno(379)
San Gregorio Niceno(395)
San Ambrosio(396)
Para el siglo quinto, las dudas sobre los deuterocanónicos fueron disminuyendo hasta tener algún caso aislado. Pero las ideas llegaron a Occidente donde se ilustran casos de Padres que rechazan los deuterocanónicos.
Lo destacado fueron los Concilios de Africa, en Hipona(393) y Cartago(397), donde la Iglesia reunida definió tanto el Canon del Antiguo Testamento como el del Nuevo. Esto aclaró la POSICIÓN OFICIAL de la Iglesia Católica, donde bajo la guía del Espíritu Santo discernió sobre los libros inspirados. Esto es uno de los motivos por los que en el siglo V se regrese a la unanimidad sobre los deuterocanónicos[39]. Los protestantes han aceptado la decisión sobre el Canon del Nuevo Testamento, lo que es irrisorio ya que el mismo Espíritu Santo reveló los dos cánones.
En el siglo quinto se presenta la mayor polémica sobre los deuterocanónicos cuando la Iglesia Católica designa a San Jerónimo como traductor de la Vulgata[40]. En Jerónimo se pueden distinguir tres períodos sobre este tema:
*Período inicial donde admite todos los deuterocanónicos *Período de dudas y discusiones *Periódo final de traducción completa y reconocimiento de los deuterocanónicos.
En los muchos escritos protestantes sobre este tema, sólo ubican el segundo período de Jerónimo, por lo que engañan a la gente, haciéndola creer que Jerónimo murió excluyendo los deuterocanónicos.
a.) Inicialmente, Jerónimo seguía la versión de los LXX, que contenía todos los deuterocanónicos, razón por lo cual los aceptaba.
b.) A partir del año 384, el Papa Dámaso designa a Jerónimo para que tradujera la Biblia al latín. Se debe entender que Jerónimo vivía en Jerusalén y tenía maestros judíos, que influyeron notablemente en su decisión sobre el canon. En su prólogo galeato[41](390) reconoce que lo que no se encuentre en su traducción(del hebreo) no es inspirado. Posteriormente en el 397 niega todo valor de los deuterocanónicos para ser usado en doctrina. Hacia al 403, niega la inspiración de las partes deuterocanónicas de Daniel y Ester.
Los protestantes citan frecuentemente textos donde Jerónimo rechaza los “apócrifos” en general, haciendo ver como si sólo se refiriera a los deuterocanónicos[42], pero tal cosa es poco objetiva ya que en ese misma citación reconocen que los deuterocanónicos eran llamados “libros eclesiásticos” por el mismo Jerónimo.
c.) Su proceso de aceptación fue lento y muy diverso. Hacia el 391 traduce Tobías. En el 397 coloca a Judith a la par de Ester y Rut pero duda de su inspiración. De todos modos existen unas 200 alusiones de Jerónimo a los deuterocanónicos[43] como Escritura.
Cuando escribe contra Rufino sobre las partes deutero de Daniel dice: "¿Qué pecado he cometido si he seguido el juicio de las Iglesias? Pero el que me acusa de relatar las objeciones que los hebreos han levantado contra la historia de Susana, el cántico de los tres jóvenes, y la historia del Bel y el Dragón, que no se encuentran en el volumen hebreo, sólo demuestra ser un tonto sicópata. Ya que yo no estaba relatando mis opiniones personales, sino los comentarios que ellos (los judíos) suelen hacer contra nosotros" (Contra Rufino 11:33 [402 D.C.]). Así, Jerónimo reconocía el principio por medio del cual se definía el canon - el juicio de la Iglesia, no el de los judíos posteriores.
Se concluye que en sus últimos años de vida, Jerónimo reconoce a la Iglesia Católica como autoridad sobre el canon del Antiguo Testamento y no la de los judíos.
Se raya mucho en que Jerónimo los tradujo contra su voluntad. La pregunta es ¿La autoridad sobre el canon recaía sobre Jerónimo o sobre la Iglesia? Jerónimo tenía una visión personal sobre el tema, y ya se vieron los factores que influyeron sobre él; de todos modos se acoge a la autoridad de la Iglesia desconociendo así la autoridad judía sobre el canon.
Sobre el Nuevo Testamento también hubo polémica pero se acató la desición de la Iglesia Católica sobre el canon de 27 libros. Un autor evangélico refuta diciendo que ellos aceptan los libros no porque la Iglesia lo diga sino que el mismo transcurso del cristianismo, y la forma en que los Padres citan los libros dio unanimidad de aceptar los 27 libros. Solo tratan de desprestigiar los concilios de África. Si se trasladan estos argumentos a los libros del Antiguo Testamento, entonces diremos que como en la época de Jesús se usaba la Vulgata de 46, no es indispensable para nada lo que dijera Jamnia, y dicho sea de paso que esto fue hecho por los mismo judíos fariseos que crucificaron a Jesús.
En el 382, se atribuye al Papa Dámaso, un sínodo en Roma, donde se tocó el tema del canon. En este sínodo se reconoce el canon Alejandrino de 46 libros[44]
La carta “Consulenti tibi” del Papa Inocencio I, en el 405, a Exuperio, Obispo de Toulusse mostró el canon del Antiguo Testamento en 46 libros[45].
Además, si se estudian los manuscritos mas antiguos en griego, todos contienen los deuterocanónicos. El Codex Vaticanus, el documento mas antiguo, contiene todos menos los Macabeos, los demás documentos contienen los 46 libros, como el sinaítico.
LA REFORMA
La verdad es que como durante 1500 años nadie puso en tela de juicio la autenticidad de los libros deuterocanónicos, la Iglesia no tuvo mucho de qué preocuparse. Es con la Reforma de Martín Lutero que aprovechan los protestantes para atacar cosas que no tenían nada que ver con la “sola fe” como: sacerdocio y celibato, los sacramentos, episcopado y los libros de la Biblia.
Martín Lutero alude que los libros deuterocanónicos son apócrifos y que deben ser rechazados como lectura de la Biblia pero que servían de enseñanza. Debido a esto, la Iglesia Católica se pronunció en el Concilio de Contrarreforma de Trento en 1546 confirmando el canon de 73 libros que había sido previamente establecido en Florencia(1142) y en Hipona y Cartago.
Autores protestantes dicen que fue aquí cuando la Iglesia los introdujo, pero si fue así ¿ Por qué Martín Lutero los critica y los quita de la Biblia de esa época? No se acababan de introducir?
La forma en que Lutero organizó el Nuevo Testamento deja mucho que desear del papel de Reformador enviado por Dios:
· Libros sobre la obra de Dios para la salvación: Juan, Romanos, Gálatas, Efesios, I Pedro y I Juan. Otros libros canónicos: Mateo, Marcos, Lucas, Hechos, el resto de las cartas de Pablo, II Pedro y II de Juan. Los libros no canónicos: Hebreos, Santiago, Judas, Apocalipsis y libros del Antiguo Testamento (deuterocanónicos).
3. Traducción de pasajes
Otra de las diferencias que podemos encontrar es la forma en que las Biblias protestantes traducen algunos pasajes. En este punto debemos distinguir dos tipos: la Traducción del Nuevo Mundo de los Testigos de Jehová, del resto.
La Traducción del Nuevo Mundo es una burda alteración de la Escritura, para favorecer sus doctrinas erradas. Son muchos los ejemplos que se pueden observar:
Jn 1, 1: En [el] principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios.
Introducen "un dios". Pero si miramos realmente el texto expresa:
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
Rom 9, 5: a quienes pertenecen los antepasados y de quienes [provino] el Cristo según la carne: Dios, que está sobre todos, [sea] bendito para siempre. Amén.
Introducen (sea)
ellos pertenecen también los patriarcas, y de ellos desciende Cristo según su condición humana, el cual está por encima de todo, Dios bendito eternamente.
2 Pedro 1, 1: Simón Pedro, esclavo y apóstol de Jesucristo, a los que han obtenido una fe, tenida en igualdad de privilegio con la nuestra, por la justicia de nuestro Dios y de[l] Salvador Jesucristo.
Pero el texto original no separa a Jesucristo de Dios. Miremos:
Simón Pedro, servidor y Apóstol de Jesucristo, saluda a todos aquellos que, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, han recibido una fe tan preciosa como la nuestra.
Así que ningún cristiano auténtico puede utilizar esa versión de Escrituras.
Respecto a la Reina Valera, se encuentra mejor traducida pero también tiene pasajes alterados o mal traducidos. Ya habíamos visto el ejemplo de 1 Jn 5, 7; ahora observemos el texto de 1 Cor 11, 1:
La Reina Valera traduce:
Y os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las ordenanzas tal como os las entregué.
Pero observando realmente el texto debe decir:
Los felicito porque siempre se acuerdan de mí y guardan las tradiciones tal como yo se las he transmitido.
¿Por qué lo alteraron? Porque al no aceptar la Tradición Apostólica, modificaron el pasaje para desvirtuar el contenido. Sin embargo, usando hasta un mismo diccionario protestante encontramos la palabra original: paradosis (Tradición) = παράδοσις, εως, ἡ
Así que podemos darnos cuenta que no son pocas las diferencias entre una Biblia Católica y otra versión diferente.
Saludos.
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