La Biblia, la Palabra de Dios escrita

La Biblia, la Palabra de Dios escrita
Las Santas Escrituras son fuente inagotable de eterna sabiduría que, por la acción del Espíritu Santo, la Iglesia nos la interpreta, nos la enseña y nos invita a vivirla.

USO Y ABUSO DE LOS SÍMBOLOS RELIGIOSOS

Por: Gerardo Cartagena Crespo



El Santo Rosario, la Biblia y los símbolos religiosos como medios e instrumentos de Salvación


1. EL ROSARIO COMO INSTRUMENTO DE SALVACIÓN ¿En qué sentido? ¿Dónde está en la Biblia?

En una ocasión vi un letrero expuesto al público con un mensaje que decía: "El Santo Rosario es la salvación de nuestro pueblo". De primera intención me sorprendió, pues ante los ataques continuos de los protestantes, quienes continuamente nos acusan de idólatras y de sustituir a Jesucristo por otras cosas, este mensaje se prestaría como un argumento más de sus ataques contra la Iglesia Católica, y con mucha razón, pues el mismo, fuera de contexto, se presta fácilmente a malas interpretaciones haciendo creer como verdad lo que no es.

Para un católico bien instruido, con una genuina y auténtica devoción al Santo Rosario, puede muy fácilmente entender lo que se quiere decir en dicha oración. Para un protestante o para un católico influenciado por los protestantes o para un católico prejuiciado, vería en ello una manifestación de idolatría.

Decir que el Rosario de por sí salva y sin ninguna explicación ni referencia, no tiene sentido. En esto, si lo vemos desde el punto de vista protestante, tendríamos razón al manifestar repudio y ver en ello una forma de idolatría.

Entonces, ¿qué quiere decir dicho mensaje? ¿En qué se fundamenta? El Santo Rosario como símbolo e instrumento de oración nos muestra su auténtico sentido y nos deja ver su verdadero propósito. No es el Rosario de por sí el que salva, sino que él es un instrumento, un medio por el cual se expresan unas verdades cuyo contenido es mensaje de salvación. El Rosario, más que un instrumento que salva, es un medio por el cual podemos descubrir la obra y el mensaje de salvación de Nuestro Señor Jesucristo. Por eso el Rosario es un canal por el cual, rezado devotamente, podemos recibir gracias especiales para alcanzar la salvación eterna. "¿Por qué?”

Para algunos fanáticos el Rosario es obra de Satanás; ¿y qué busca Satanás?, que nos apartemos de Dios y nos olvidemos de Él; que odiemos al hermano; en fin, nuestra ruina. Si el Rosario fuese obra de Satanás lo normal sería que su contenido llevase ese fin: apartarnos y hacernos olvidar a Dios y crear en nosotros un odio, o por lo menos un desinterés por el hermano. Pero ¿cuál es el contenido del Santo Rosario? ¿Qué fin pretende y busca? ¿En qué se fundamenta?

Nota. Para saber cómo identificar cuando una oración posee elementos supersticiosos accede a "Cadena de oración ¿superstición o devoción?", enlace a pie de página.

Toda devoción y actos de la Iglesia Católica poseen un contenido que le da sentido; no un contenido hueco y vacío, sino lleno de sentido y de expresión de fe, fe que se fundamenta en Cristo y su obra de salvación.

El contenido del Santo Rosario lo podemos dividir en varias partes:

A. LOS MISTERIOS. Expresan y manifiestan los acontecimientos bíblicos más sobresalientes de la vida de Jesús y que manifiestan momentos claves de nuestra salvación como su Pasión, Muerte y gloriosa Resurrección. Su propósito es ayudarnos a meditar y reflexionar en el amor y misericordia de Dios que se manifiesta en su querido Hijo, y en la mujer que se escogió para ser la madre del Verbo encarnado; amor que debemos vivir y compartir con los demás (ejemplo: cuando María visita a su prima Santa Isabel nos enseña que también nosotros, para ser auténticos cristianos, debemos hacer lo mismo con nuestro prójimo). Por lo tanto, estos misterios, ¿tienen como fin el apartarnos de Dios o acercarnos más a Él y al hermano?

B. EL PADRE NUESTRO. El Padre Nuestro es una de las oraciones más bellas y completas que Jesús haya podido regalarnos.

Por esta oración invocamos al Padre, no para maldecir -que sería el propósito de Satanás-, sino para alabar a Dios y pedir su misericordiosa ayuda y protección. Por el Padre Nuestro le expresamos al Padre nuestras limitaciones y necesidades tanto materiales como espirituales, y la esperanza de que esté siempre a nuestro lado mostrándonos su providente protección. ¿Es obra de Satanás la oración que nos acerca a Dios? Pues si los protestantes insisten que el rosario es obra del diablo...

C. EL AVE MARÍA. Cuando el Ángel Gabriel entró en casa de María la saluda diciendo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lucas 1, 28). La meditación de este saludo (que en la oración se traduce al inicio como: "Dios te salve María...") nos ayuda a contemplar el deseo y el designio de Dios de encarnarse en una mujer, pero no una mujer cualquiera, sino una muy singular; una completamente humana, pero separada y escogida por Dios y para Dios. Una que con su sí abre para el mundo la puerta para que el Amor, la Misericordia, se haga presente y habite entre nosotros. Ella es la Mujer (Génesis 3, 15) que con su sí incondicional aplasta la cabeza de la Serpiente y el pecado.

Con el saludo de su prima Santa Isabel: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre", meditamos la grandeza de la pobre de Yahvé y la infinita gracia recibida para ser la Madre del Mesías, la Madre de Dios.

¿Es satánico, antibíblico y anticristiano repetir el saludo que Dios dio, por medio de su ángel y el homenaje que tributa por boca de Isabel, a María? Pues si los protestantes no se cansan de indicar que es diabólico el repetir tales alabanzas bíblicas...

D. SANTA MARÍA. Con esta oración la Iglesia quiere homenajear y honrar a la que con su sí nos trajo al mundo a la Salvación: Jesucristo. ¿Es, pues, pecado que los católicos cumplamos la profecía que María, llena del Espíritu Santo, dijo de sí, que todas las generaciones la llamarán bienaventurada? ¿Dónde prohíbe eso la Biblia?

E. GLORIA AL PADRE. Con esta doxología invocamos y honramos de modo especial a la Santísima Trinidad. En ella invocamos la Gloria de Dios que es eterna. ¿Será inspiración satánica y del espíritu del anticristo que los católicos glorifiquemos y alabemos a la Santísima Trinidad? Pues si los protestantes siguen insistiendo que el rosario es obra del Diablo... ¿Qué evangelio es entonces el que ellos predican? Pareciera que quienes están en contra de Dios, de Jesucristo y de la Biblia son ellos.

Es contradictorio y absurdo escuchar a protestantes acusar a los católicos de realizar "vanas repeticiones". ¿Son vanas repeticiones el recitar (rezar) palabras llenas de fe, esperanza y caridad que están contenidas en la Biblia? Si son palabras contenidas en la Biblia y, como Pueblo de Dios, con ellas alabamos y glorificamos su Nombre;  palabras cuyo contenido es mensaje de salvación, ¿cómo puede ser posible que sean "vanas repeticiones". "¡Ah! Es que, como son rezos católicos no les es permitido tales manifestaciones de alabanzas a Dios..." ¿Aunque ésta sean tomadas de la misma Biblia? "Aun así, siguen siendo, por ser pronunciadas por los católicos, obras de Satanás." Pero las largas, continuas y repetitivas alabanzas de los protestantes ("gloria a Dios" "Aleluya" "glorificado tu nombre"...), éstas ¿no son vanas repeticiones? "No, porque éstas son pronunciadas por los "auténticos hijos de Dios", mientras los católicos son "los hijos del Diablo". ¿¿¿!!!??? ¿No te suena estas acusaciones protestantes a la parábola del fariseo y el publicano?

Con estos elementos bíblicos el Santo Rosario aunque, como instrumento de oración, no se encuentra en la Biblia, sí es bíblico, pues su esencia, lo que le da su razón de ser (las oraciones y los misterios) sí se encuentran en la Biblia. Por eso, ¿en qué sentido debemos entender cuando se dice que el Santo Rosario es la salvación del pueblo? Dejar esta frase en el aire y creerla desde ese sentido y sin ninguna relación con Cristo es verdadera idolatría y por tanto una falsa devoción. Ahora bien, si la devoción al Santo Rosario contribuye enormemente en fomentar mi unión con Cristo por la intercesión de María y mi trato cristiano por el hermano, entonces dicha devoción adquiere un valor enorme y por tal razón es recomendable su uso; y como símbolo de salvación y unión con Jesús por María es también recomendable el llevarlo consigo por donde uno se mueva como testimonio de fe.


2. ¿LA BIBLIA SALVA? Esta idea al igual que la planteada con respecto al Santo Rosario, fuera de contexto, no tiene sentido. Tanto para un católico como para un protestante instruido en la materia sí tiene sentido y razón, pero para un no creyente o para alguien que conozca su contenido pero no lo vive ni se preocupa por vivirlo no significa nada. ¿Cuántos hay que dicen conocer la Sagrada Escritura, pero en su vida no posee ningún valor, y por tal razón ningún sentido? Cuántos hay que usan la Biblia, no para conocer y vivir la Palabra de Dios, sino para fundamentar sus ideas que no guardan relación con la Biblia como por ejemplo: el tratar de ver en ellas manifestaciones extraterrestres, apoyar ideas diabólicas como la reencarnación o para usarla en sesiones espiritistas, e incluso hay quienes diabólicamente aseguran por la Biblia que Jesucristo es homosexual...

La Biblia será para ti, para mí y para los demás instrumento de salvación cuando sepamos, no solamente leerla y entenderla, sino vivirla como la Palabra de Dios que se manifiesta a los hombres: Jesucristo.

A veces cuando viajamos en carro, caminamos o visitamos una casa vemos como el Santo Rosario, imágenes, la Biblia se nos hacen visibles (en el espejo retrovisor del carro, en el cuello de una persona, en la sala del hogar...), y ante lo cual nos podemos preguntar: ¿Están estas personas conscientes de lo que poseen o portan? ¿Será para ellos simplemente un adorno o algo así como un amuleto de la buena suelte? ¿O un objeto que sí tiene sentido para sus vidas, para su fe? ¿En qué posición nos encontramos -tú y yo- en el uso de estos símbolos religiosos?

La fe es algo tan adentro del ser humano que, como don de Dios a sus hijos, se manifiesta de muchas formas; una de ellas es a través de objetos sensibles, símbolos por los cuales queremos expresar nuestra unión, confianza, seguridad y amor a Dios. "La meditación es, sobre todo, una búsqueda. El Espíritu trata de comprender el por qué y el cómo de la vida cristiana para adherirse y responder a lo que el Señor pide. Hace falta una atención difícil de encauzar.

Habitualmente se hace con la ayuda de algún libro, que a los cristianos no les falta: las Sagradas Escrituras, especialmente el Evangelio, las imágenes sagradas, los textos litúrgicos del día o del tiempo, los escritos de los Padres espirituales, las obras de espiritualidad, el gran libro de la creación y el de la historia, la página del "hoy" de Dios" (Catecismo de la Iglesia Católica #2705).

Las imágenes, el Santo Rosario, los escapularios... son medios sensibles por los cuales podemos expresar nuestra fe. "La belleza y el color de las imágenes estimulan mi oración. Es una fiesta para mis ojos, del mismo modo que el espectáculo del campo estimula mi corazón para dar gloria a Dios" (San Juan Damasceno, Imágs. 1, 27). La contemplación de las sagradas imágenes, unida a la meditación de la Palabra de Dios y al canto de los himnos litúrgicos, forma parte de la armonía de los signos de la celebración para que el misterio celebrado se grabe en la memoria del corazón y se exprese luego en la vida nueva de los fieles" (Catecismo de la Iglesia Católica #1162).

"Para la oración personal, el lugar favorable puede ser un «rincón de oración», con las Sagradas Escrituras e imágenes, a fin de estar «en lo secreto» ante nuestro Padre (Mateo 6, 6). En una familia cristiana este tipo de pequeño oratorio favorece la oración en común;..." (Catecismo de la Iglesia Católica #2691). Por eso también la Iglesia exhorta y recomienda el uso de imágenes en los templos: "Manténgase firmemente la práctica de exponer en las iglesias imágenes sagradas a la veneración de los fieles; hágase, sin embargo, con moderación en el número y guardando entre ellas el debido orden, a fin de que no causen extrañeza al pueblo cristiano ni favorezca una devoción menos ortodoxa" (Constitución "Sacrosanctum Concilium" 125; Catecismo de la Iglesia Católica #1161): “Siguiendo la enseñanza divinamente inspirada de nuestros santos Padres y la tradición de la Iglesia Católica (pues reconocemos ser del Espíritu Santo que habita en ella), definimos con toda exactitud y cuidado que las venerables imágenes, como también la imagen de la preciosa y vivificante cruz, tanto las pintadas como las de mosaico u otra materia conveniente, se expongan en las santas iglesias de Dios, en los vasos sagrados y ornamentos, en las paredes y en los cuadros, en las casas y en los caminos: tanto las imágenes de nuestro Señor Dios y Salvador Jesucristo, como las de nuestra Señora inmaculada la santa Madre de Dios, de los santos ángeles y de todos los santos y justos” (Cc. de Nicea II: Ds 600).

Ahora bien, si esta fe no se manifiesta o no es manifestada en nuestras vidas (por ejemplo: con el prójimo: ayudándole, perdonándole; en el trabajo: puntualidad, honestidad, responsabilidad tanto del empleado como del supervisor, jefe o dueño; en la familia: obediencia y respeto a los padres por parte de los hijos, amor y buen ejemplo de los padres para con los hijos y amor, comprensión y fidelidad para con el cónyuge; deberes para con el Estado, respeto a la propiedad privada...). Si todo esto no se da nuestra fe sería, como dice Santiago, una fe muerta, vacía, sin sentido; y todo objeto religioso perdería su simbolismo y se convertiría en simple objeto de adorno.

Si la manifestación de fe de una persona es de inseguridad y desconfianza o simplemente una fe muy débil y apoyada en elementos supersticiosos, surge el peligro de recurrir a los símbolos religiosos como simples amuletos que proporcionen protección y ayuda contra los males de la vida; la vida de fe pierde su sentido cayendo en prácticas y creencias contrarias a la fe.

En el uso de símbolos religiosos podemos ver ambos extremos de abuso:

A. Los que ven en ellos representaciones de dioses como es el caso de la santería.

B. Para confundirse e identificarse con el catolicismo, como es el caso de muchos grupos de espiritistas que usan rosarios, imágenes de santos, velas, biblias... Esto ha sido causa de que, falsamente, muchos grupos del protestantismo acusen a la Iglesia Católica de promover y propagar el espiritismo.

C. Los que llenan sus hogares de imágenes religiosas y ponen en peligro su auténtica relación con los seres que representan, pero sobre todo su auténtica relación con Cristo.

D. Los que queriendo eliminar estos abusos se van al otro extremo de rechazar y querer eliminar todo simbolismo religioso.

En el uso de símbolos religiosos, para que sean auténticas manifestaciones de fe, deben estar fundamentadas en una auténtica vivencia del mensaje de Cristo. El que yo porte un rosario (en mi persona o en el auto), una imagen o escapulario, el que yo lea la Biblia y me la sepa de memoria..., de por sí no dicen nada de mi vida de fe si no es acompañado con una auténtica vida cristiana, haciendo presente el Reino de Dios (como el luchar contra las injusticias, manifestación de perdón y reconciliación, respeto y confianza para con el prójimo, cumplimiento de mis deberes y responsabilidades tanto en el hogar como en el trabajo, en la escuela, con el Estado...); luchando porque Dios sea conocido, amado y respetado, y los hijos de Dios -todos los seres humanos- alcancen la salvación. Entonces así, estos símbolos adquieren sentido y una muy buena razón de ser.

Viéndolo desde esta perspectiva, el uso y portación de reliquias, medallas, escapularios, rosarios y demás objetos e incluso devociones religiosas (a un santo en particular, o a un atributo mariano, a la Eucaristía...) adquieren un gran valor y se convierten en fuente de riquezas espirituales. ¿Qué tanto estoy contribuyendo para que esto se dé? ¿Soy de los que critican todo y no veo el bien enorme que por medio de estos símbolos se pueden obtener?

Es curioso, mientras hay grupos de protestantes que nos condenan por el uso de objetos religiosos, hay otros grupos de protestantes que, por un "donativo" regalan cruces (sin Cristo), pañuelos, aceite... con los que se recibirán bendiciones.

Toda devoción o práctica religiosa de nuestro cristianismo, que no me lleve a Cristo o que me mantenga en un cristianismo superficial e individual sin ninguna relación con el hermano, es una falsa devoción. Para que sea verdadera y, por lo tanto, fructífera dicha devoción o práctica religiosa tiene que cumplirse, o por lo menos irse cumpliendo, dependiendo de nuestra capacidad de entrega, todos los principios de vida cristiana en mi relación con Dios y el hermano.


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