LAS IMÁGENES SAGRADAS

Por: Gerardo Cartagena Crespo

"El culto que los católicos tributamos a las imágenes es relativo, es decir, que no se refiere a la materia que están formadas, sino a las personas que las imágenes representan".

A modo de bosquejo y resumen, accede aquí.


Si lo deseas, a modo de introducción accede a ¿para qué las imágenes sagradas? Toca imagen:

Sagrada Familia, ruega y protege a mi familia

Referente a las imágenes puedo decir que, los ataques por parte de los protestantes que no admiten esta práctica es una prueba de su ignorancia o de sus prejuicios fanáticos, porque si estudiamos este asunto, descubriremos que la actuación de los protestantes no está de acuerdo con la realidad y con lo que la Biblia manda. ¿Por qué? Veamos:

Datos históricos

El culto a imágenes y reliquias tributado por la Iglesia no comienza, por ejemplo, en el año 787 (siglo VIII), como una autora protestante quiere hacer ver (¿Cuál Camino? Luisa J. de Walker. pág. 41), sino que dicho culto lo viene practicando la Iglesia Católica siglos antes de esa fecha: "Efectivamente, ya desde el siglo IV, y sobre todo en los siglos VI y VII, se presentan los santuarios y lugares de especial veneración y las peregrinaciones más o menos frecuentes a los mismos". (Manual de Historia de la Iglesia).

Desde el primer siglo se comienza a dar especial veneración a las reliquias de los Apóstoles. El uso de imágenes es algo que en la Iglesia se viene usando desde los primeros siglos. Así lo podemos ver en las catacumbas de los siglos I, II y III, adornadas con las imágenes de Jesús, María o de algún personaje del Antiguo Testamento. Esto prueba que las imágenes no son una invención de la Iglesia Católica siglos después.

"La veneración de las reliquias, las visitas a santuarios, las peregrinaciones, las procesiones, el vía crucis, las danzas religiosas, el rosario, las medallas...", son formas en las que la religiosidad popular se manifiesta y en las que el "pueblo cristiano ha encontrado en todo tiempo, su expresión" (Catecismo de la Iglesia Católica #1674).

Veamos que nos dice la obra de unos autores protestantes referente al uso de imágenes y reliquias en la Iglesia Primitiva: «Algunos indicios hacen suponer la manera cómo debió de manifestarse la tendencia de venerar las reliquias de ciertos «santos». Así, con motivo de la muerte de Esteban, leemos que «algunos hombres piadosos le enterraron e hicieron gran lamentación sobre él» (Hechos 8:2).

»Se sabe que los huesos que las fieras dejaron del cuerpo de Ignacio fueron recogidos en una tela de lino y llevados a Antioquía para ser enterrados cincuenta años más tarde. Y la Iglesia de Esmirna, a pesar de su protesta de que no daría culto a ningún hombre, ni vivo ni muerto, sino solo a Jesucristo, consideró las cenizas de Policarpo como más preciosas que las más ricas joyas y las depositó en un sitio donde los fieles pudieran reunirse para celebrar el aniversario de su martirio.

»Finalmente, Tertuliano, aludiendo a esta práctica, escribió: «En cada aniversario, hacemos ofrendas por los muertos y también celebramos el día de su nacimiento».

«La mirada del cristiano tropezaba a cada instante con objetos que le recordaban la mitología pagana. Encontrábanse pinturas licenciosas en todas partes; en los almacenes, en los sitios públicos de reunión y en los dormitorios; hasta en los vasos, las sortijas y en los sellos había grabados provocando la lujuria...» (Clemente, A los gentiles, cap. IV).

»Así, los cristianos sustituyeron estos grabados y pinturas por otros que le recordaban las enseñanzas y los hechos evangélicos. Refiriéndose a esto, dice Tertuliano: «Empecemos por grabar en nuestros vasos las parábolas, como por ejemplo, la de la oveja perdida que el Señor buscó y que lleva sobre sus hombros».

»En otro lugar, repite el mismo pensamiento, respecto a aquella parábola. Clemente, que en esta ocasión parece olvidar sus anteriores prohibiciones, habla de las sortijas de los cristianos, aconsejándoles que hagan grabar en ella una paloma, un pez, una nave con las velas extendidas, un arpa, un áncora, o un pescador, que les recuerden al apóstol y a los niños sacados del agua (del bautismo). También recomienda que se abstengan de las representaciones de ídolos, con los cuales nada tienen que ver los cristianos; como también deben abstenerse de representar el arco, la espada y el vaso, porque los cristianos deben ser pacíficos y sobrios (Clemente, Pedagogía III, cap. XI)». ( Edición protestante de «Historia de la Iglesia Primitiva» E. Backhouse y C. Tyler).

Pero aún hay más; con relación del uso de la cruz y el signarse tenemos el siguiente dato: "A la 'orientación' de la oración se añade ya desde el siglo II la práctica de orar ante una cruz, que se coloca en la pared (en madera o pintada) de forma que el orante esté de cara al oriente. Los textos primitivos permiten reconocer claramente también en esto una motivación escatológica: La cruz, como signo de triunfo, precederá al Señor en su segundo advenimiento... El uso insistente de la cruz en la orientación de la oración de los cristianos se ve sin duda favorecida por el empleo general del signo de la cruz en la piedad privada y en el culto litúrgico, tal como lo atestiguan en múltiples textos los escritores del siglo II. Valgan por todos las palabras de Tertuliano: "Al salir de casa y caminar, al comenzar o concluir, al vestirnos y calzarnos, al bañarnos y sentarnos a la mesa, al encender las luces, al irnos a la cama, al sentarnos, en cualquier otro ejercicio diario, signamos nuestra frente con la cruz" (Manual de Historia de la Iglesia Católica. Vol. I, Hubert Jedin, 1980. Pág. 442).

Ver también: "carácter pedagógico de las sagradas imágenes en la Iglesia (toca imagen para acceder):

Acusación y respuesta católica

Los hermanos separados en su empeño de achacarnos que el uso de imágenes está prohibido por Dios, citan el siguiente texto: "Entonces Dios dijo todas estas palabras: «Yo soy Yahveh tu Dios, el que te sacó de Egipto, país de la esclavitud. No tengas otros dioses fuera de mí. No te hagas estatuas ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en la tierra, y en las aguas debajo de la tierra. No te postres ante esos dioses, ni les des culto,...»" (Éxodo 20, 1-5).

Y nos dicen: "Ves, claramente Dios prohíbe las imágenes, por lo que ustedes, los católicos, están desobedeciendo un mandamiento de Dios".

Ante esta acusación Dios parece contradecirse a sí mismo, puesto que es Él quien manda a su pueblo a que hagan imágenes. Así lo podemos ver más adelante, después de haber pronunciado ese mandato, en el que manda a construir un arca, y sobre el mismo «harás dos querubines (ángeles) de oro macizo,... Ambos querubines, uno frente al otro, cubrirán el Lugar del Perdón sobre el Arca,...

Allí me encontraré contigo y te hablaré desde el Lugar del Perdón. Desde el medio de los dos querubines puestos sobre el Arca...» (Éxodo 25, 18-22).

También, cuando Salomón construyó el Templo por orden expresa de Dios, lo adornó con innumerables imágenes: «Dentro del Lugar Santísimo, puso dos querubines hechos de madera de olivos... Los colocó dentro del recinto interior... Revistió de oro los querubines y esculpió todo en torno a las paredes de la casa, grabados de querubines, palmeras y guirnaldas de flores, tanto el Lugar Santísimo como el Lugar Santo» (1Reyes 6,23-30.33-35). «También de bronce fundido, hizo una gran concha, conocida por el nombre de mar,... Debajo del borde había calabaza todo en derredor... El mar se apoyaba sobre doce bueyes;...» (1Reyes 7,23-25). «Sobre el panel que estaba entre los listones había leones, bueyes y querubines» (1Reyes 7,29).

Con estos ejemplos y otros más, Dios, según el razonamiento protestante, se está contradiciendo y está dando mal ejemplo a su pueblo, después de haber prohibido las imágenes, permite la construcción de las mismas.

Ahora ¿cómo es que Dios pueda contradecirse? Por lo que hay dos alternativas: O Dios de hecho se contradice (cosa imposible), o son los protestantes quienes no entienden o no quieren entender el verdadero sentido y el verdadero propósito por el que Dios prohibió el uso de ciertas imágenes.

En realidad, Dios no prohíbe en absoluto el uso de imágenes (puesto que de lo contrario no mandaría a hacerlas), sino que se hagan de las imágenes dioses diferentes a Él, como claramente lo expresa en el texto de Éxodo citado arriba: «NO TENGAS OTROS DIOSES FUERA DE MI".

Las razones de la prohibición

Ahora veamos el por qué Dios prohíbe a su pueblo el uso de imágenes y especialmente con el verdadero sentido que lo dice.

1. El hombre de la antigüedad al ver las maravillas de la naturaleza se dejaba impresionar mucho por ellas, y su afán de descubrir y conocer los misterios de la creación y de cómo dar respuestas a sus preguntas e inquietudes respecto a las fuerzas naturales: el rayo, los terremotos... los identifican y les dan un sentido divino a las cosas creadas: el Sol, la Luna, los animales, los bosques... identificándolos como si fueran dioses.

Con relación a esto lo podemos comprender mejor si leemos lo que nos dice el escritor sagrado del libro de Sabiduría: "En verdad, son varios los que andan muy equivocados y no han reconocido a Dios, y no supieron por las cosas visibles descubrir a Aquel que Es.

»Han mirado las obras y no han conocido al Artesano: Fuego, viento, aire, bóvedas de las mil estrellas, aguas embravecidas y antorchas del cielo han sido para ellos los dioses y dueños del universo.

»Deslumbrados por tanta belleza, si han visto dioses en las cosas creadas, sepan cuán los supera el maestro de ellas.

»Si el poderío y la irradiación de cosas creadas los han asombrados, sepan cuán poderoso es el que las creó; pues la grandeza y la hermosura de las cosas creadas dan a conocer a su creador mucho más grande y hermoso" (Sabiduría 13, 1ss).

2. Por eso, de que Dios, en un sentido, haya prohibido las imágenes se debió a que los pueblos vecinos al pueblo de Israel, adoraban y daban culto a las cosas creadas como si fueran dioses. De aquí, más que imágenes, se les considera con propiedad ídolos.

Por tal razón, Dios, viendo a su pueblo rodeado por pueblos idólatras quiere evitar que éste, su pueblo, corra el peligro de ser influenciado por los demás pueblos. Por consiguiente, Dios hace de su pueblo un pueblo diferente a los demás. Así lo vemos cuando Dios les prohíbe que se hagan ídolos de cosas creadas (Deuteronomio 5, 8-9). También lo vemos cuando Moisés en nombre de Dios dice: "No vayas tras otros dioses; no sirvas a ninguno de los dioses de los pueblos que te rodean, porque tu Dios, que está en medio de ti, es un Dios celoso. En cuanto estalle su furor, desaparecerás de la superficie de la tierra" (Deuteronomio 6, 14-15).

Y muchas advertencias más como éstas dirige Dios a su pueblo, no prohibiéndoles que hagan imágenes como representaciones, sino que se hagan ídolos o dioses. Por lo que, en realidad Dios no prohíbe el uso de imágenes, sino que prohíbe el que se postren ante ellas creyendo que son seres divinos haciendo de ellas ídolos, dioses diferentes a Él. Es por eso que el pueblo de Israel en varias ocasiones fue esclavizado, desterrado de su tierra y dispersado por el mundo, ya que desobedeció a Dios al irse tras otros dioses y no por haber hecho imágenes.

Las imágenes que Dios prohíbe

Lo que tienen los protestantes contra las imágenes que usa la Iglesia es que como Dios dice que no se hagan imágenes «...de lo que hay arriba en el cielo», ellos rápidamente las identifican con los seres espirituales: Jesús, María, los santos y los ángeles; pero lo que ellos no tienen en cuenta o no quieren comprender es que Dios no se refiere a los seres espirituales, sino a los seres visibles, como lo da a entender en el texto de Éxodo 20, 4, porque al decir que no se haga imágenes de lo que hay arriba en el cielo, se refiere únicamente al Sol, la Luna, las estrellas, en general, todos los astros

del firmamento que para los demás pueblos eran sus dioses. Además, cuando miramos el cielo eso es lo único que vemos: los astros, las aves...

Para entender mejor lo que Dios nos quiere enseñar en ese texto de Éxodo 20, veamos que nos dice y enseña en otra parte: "Por tanto no se desvíen; no hagan imágenes esculpidas con forma de hombre o mujer, de algún animal de los que viven en la tierra, o de algún ave que vuela en el cielo; ni de algún reptil de los que se arrastran sobre la tierra, ni de algún pez que vive en el agua debajo de la tierra.

»Cuando mires al cielo y veas al Sol, la Luna, las estrellas y todos los astros del firmamento, no te dejes arrastrar a adorarlos como a dioses y a servirles" (Deuteronomio 4, 15-19).

Vemos aquí, primeramente, que Dios al mencionar el cielo se refiere claramente a las cosas visibles. Segundo, en ningún momento se refirió a los seres espirituales. (Aunque esto no quita el hecho de que, aun en las representaciones de los seres espirituales, también hay que evitar incurrir en una práctica inadecuada de veneración y culto exagerado).

Este texto claramente nos enseña que Dios en sí no prohibió en absoluto el uso de imágenes, sino que se hagan para adorarlas y así convertirlas en dioses, que sí va en contra de su mandamiento. Por tanto, los hermanos separados quieren achacarnos algo que en realidad no está prohibido por Dios.

Primera objeción: "No les dé culto”

A pesar de todo dirán algunos: "Sí. Dios no habrá prohibido el uso de imágenes, pero sí que se le dé culto, por lo tanto, ¿por qué los católicos le dan culto a las imágenes?”

Primero. Aquí hay que hacer unas aclaraciones, porque culto no siempre se identifica directamente con el culto de adoración que a sólo Dios pertenece, en donde muchos se confunden al identificar culto exclusivamente con adoración. En el diccionario podemos ver que culto se define: Homenaje a Dios; conjunto de actos con que se celebra ese homenaje. El primero se refiere al culto de adoración que es el culto supremo (Latría) dedicado única y exclusivamente a Dios; y el segundo se refiere a las distintas formas y manifestaciones con las que la Iglesia da culto a Dios; uno de ellos es el culto de veneración por el cual se da respeto en grado sumo hacia alguien por su santidad o virtudes, en este caso la Virgen María o los santos.

Además, el culto de veneración que la Iglesia otorga a la Virgen María (hiperdulía) y a los santos (dulía), es un modo de dar culto a Dios al reconocer en ellos las grandes maravillas y obras efectuadas por Dios en sus hijos. Por ejemplo, en la Virgen María cuando dice: "Por eso desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones. En verdad el Todopoderoso hizo grandes cosas en mí, reconozcan que Santo es su Nombre..." (Lucas 1, 48-49).

Por tal razón la Iglesia, al rendir culto a la Virgen María y los santos, también se le está dando culto y se está reconociendo el poder de Dios. Por eso la Iglesia, utilizando imágenes o representaciones, rinde homenaje, no a las imágenes en sí (pues ahí es donde los hermanos separados andan errados), sino a quienes éstas representan. "Todos los signos de la celebración litúrgica hacen referencia a Cristo: también las imágenes sagradas de la Santísima Madre de Dios y de los santos. Significan, en efecto, a Cristo que es glorificado en ellos. Manifiestan «la nube de testigos» (Hebreos 12, 1) que continúan participando en la salvación del mundo y a los que estamos unidos, sobre todo en la celebración sacramental. A través de sus iconos, es el hombre «a imagen de Dios», finalmente transfigurado «a su semejanza» (Romanos 8, 29; 1Juan 3, 2), quien se revela a nuestra fe, e incluso los ángeles, recapitulados también en Cristo" (Catecismo de la Iglesia Católica #1161).

Segundo. Si Dios prohíbe que se le dé culto a esas imágenes (recuérdese que son las imágenes que usaban los paganos: de los astros, animales, peces...), es para que no fueran identificados como dioses con poderes divinos que únicamente posee Dios, y eso es algo que la Iglesia Católica Apostólica y Romana, fundada por Jesucristo, jamás ha hecho ni hará con sus imágenes o representaciones, y que los protestantes, ya por ignorancia o a sabiendas, quieren falsamente achacarle.

Tercero. Si Dios por medio de las imágenes ha efectuado muchos milagros, es prueba de que no está en contra del uso de las mismas.

La conversión de Ratisbona (judío)

Así tenemos, por ejemplo, las promesas hechas por la Santísima Virgen en la Medalla Milagrosa y el mucho bien que ha hecho y continúa haciendo a las innumerables personas de fe y sin ella, que la han usado, y que por la intercesión de María alcanzan gracias especiales de Jesucristo. Una de las conversiones más resonantes del siglo XIX fue la de Alfonso Ratisbona (Ratisbonne) de Estrasburgo de 27 años, judío, no practicante y "quizá no creía ni en Dios", y lleno de odio hacia los católicos. Después de una visita que hiciera a un amigo en Roma, el barón Teodoro de Bussiere «por una equivocación de trenes llegó impensadamente a Roma, ciudad que había propuesto evitar», recibiendo de éste una Medalla Milagrosa, por cierto, no muy a gusto.

Dando un paseo con el barón, éste entra en una iglesia donde iba a celebrarse el funeral por el conde La Ferronays. Alfonso se queda afuera en el carro en el que viajaban y, por no esperar, entra a la iglesia.

"A los pocos momentos de encontrarme en la iglesia -relata-, me sentí dominado por una turbación inexplicable; levanté los ojos y me pareció que todo el edificio desaparecía de mi vista... Una sola capilla había concentrado, por decirlo así, toda la luz, y en medio de aquel esplendor, apareció en pie sobre el altar, radiante de majestad y dulzura, la Virgen María, tal como está grabada en la Medalla. Una fuerza irresistible me impulsó hacia la capilla. Entonces la Virgen me hizo una seña con la mano como indicándome que me arrodillara, y una vez que lo hice, me pareció por el aspecto de su rostro que me decía: «¡Está bien!...» La Virgen no me habló, pero lo he comprendido todo.”

Luego de su conversión Alfonso entra en la Compañía de Jesús y se ordena de sacerdote. Se dedica de lleno a la conversión de los judíos y en 1848 funda las religiosas de Ntra. Sra. de Sión, y se dedica a otras obras de evangelización. Muere santamente en 1884 a los 70 años. (Colección: Apariciones de la Virgen "La Medalla Milagrosa". José Luis de Urrutia, S.J. Págs. 9-11).

Éste y muchos milagros más, tanto de conversiones como de curaciones físicas, Dios, por intercesión de la Virgen María, ha obrado maravillosamente. Así también puedo mencionar el Escapulario del Carmen donde los milagros de curaciones, sobre todo de conversiones, son innumerables. (Colección: Apariciones de la Virgen "El Escapulario del Carmen").


La Medalla Milagrosa, historia:

La Cruz y Medalla de San Benito:

La imagen de la Virgen de Guadalupe

También, y que no puede quedar fuera, es el milagro de la imagen de la Virgen de Guadalupe en México, donde los asombrosos descubrimientos que se han hecho acerca del Cuadro de la Virgen de Guadalupe, tienen asombrado a los científicos.

"Últimamente se ha formado una comisión de científicos para investigar los fenómenos inexplicables de esta tela que era la ruana o poncho del indio Juan Diego.

Lo primero que llama la atención de los expertos textiles es que esta manta se haya podido conservar durante siglos, expuesta al polvo, al calor y a la humedad, sin que se haya deshilachado ni desteñido su bella policromía. Siempre estuvo así expuesta a todo..., y sólo desde hace unos años la cubrieron con un vidrio.

La tela está hecha de una fibra de ayate mexicano que se descompone por putrefacción a los veinte años, como ha sucedido con varias reproducciones de la imagen que se han fabricado en esta misma clase de tejido. Y sin embargo este lienzo lleva (más de) cuatrocientos cincuenta años desde el tiempo de Hernán Cortez, sin desgarrarse, ni descomponerse, y por causas ajenas al conocimiento de los expertos, es refractaria a la humedad y al polvo.

La pintura que cubre la tela es otro misterio. El sabio alemán Kuhn, que es premio Novel en Química, ha estudiado esta pintura, y su respuesta dejó atónitos a los oyentes: «estos colorantes no son ni minerales, ni vegetales, ni animales».

Se podía pensar que la tela resistía tanto porque la habían encolado y preparado de manera especial como a otras pinturas famosas para que tuviera gran resistencia. Pero el sabio Callagan, de la NASA, de Estados Unidos la ha estudiado con aparatos de rayos infrarrojos y ha descubierto que la tela no tiene ningún engomado y preservante, y que no se puede explicar cómo esas pinturas han resistido (más de) cuatro siglos en un lienzo tan ordinario. Con estos rayos infrarrojos se ha descubierto que la imagen no tiene esbozos previos como se ve en los cuadros de Rubens y Tiziano, sino que fue "pintada" directamente, tal cual se la ve, sin tanteo ni rectificaciones.

Otro detalle: la imagen no tiene pinceladas. La técnica empleada es desconocida en la historia de la pintura. Es inusual, incomprensible e irrepetible.


Simbología de la imagen de la Virgen de Guadalupe:

Lo que enseña un protestante y cómo engaña dando información falsa sobre la Virgen de Guadalupe. 

Dos cosas que se debe tener en cuenta, para que se vea el engaño en este vídeo.

1. Observa la imagen de Guadalupe utilizada por el conferenciante y comparala con la original.

2. La definición etimológica del nombre Guadalupe.

1. Imagen original de la Virgen de Guadalupe. Comparala con la utilizada en el vídeo y haz tu propio juicio. ¿No se ve en el vídeo una clara manipulación de la verdad?:

Virgen Guadalupe México:

Virgen Guadalupe España:

2. Etimología del nombre de la Virgen de Guadalupe:

A.  GUADALUPE

B.  GUADALUPE

C. GUADALUPE

Realmente la interpretación de la imagen del vídeo es una interpretación cargada de prejuicio y odio contra la Iglesia Católica y su devoción a la Virgen María.


LA PUPILA DE LA VIRGEN.
Lo más inexplicable: Un famoso oculista, Lauvoignet, examinó con un poderoso lente la pupila de la Virgen, y observó maravillado que en el iris se veía reflejada la imagen de un hombre. Esto fue el principio de una investigación que condujo a los más inesperados descubrimientos.

La digitalización consiste en que si se fotografía la pupila de una persona, con una máquina poderosa y especial, en la fotografía queda todo lo que esa persona está viendo en el momento de tomar la foto. El Dr. Tosnman, especializado en digitalización, o sea en averiguar por medio de fotos lo que la persona está viendo, le ha tomado fotografías a la pupila de la Virgen de Guadalupe. Las amplía miles de veces, y logra captar detalles imposibles de ser captados a simple vista. Y los detalles que aparecen en las fotografías de la Virgen de Guadalupe son: un indio en el acto de desplegar su ruana ante un religioso; un franciscano en cuyo rostro se ve deslizarse una lágrima; un hombre con la mano sobre la barba en señal de admiración; otro indio en actitud de rezar; unos niños y varios religiosos franciscanos más. O sea todas las personas que según la historia de la Virgen de Guadalupe escrita hace varios siglos, estaban presentes en el momento en el que apareció la sagrada imagen.

Lo que es radicalmente imposible es que en un espacio tan pequeño como la córnea de un ojo situado en una imagen de tamaño natural, aun el más experto miniaturista lograra pintar todas esas imágenes que ha sido necesario ampliar dos mil (2,000) veces para poderlas advertir" (El Libro de la Virgen. 6ª edición. Padre Eliécer Sálesman. Págs. 101-103).



Interesante tratado y vídeo:

Exposición y explicación muy completa de la Imagen:

Todo esto son testimonios de como Dios se vale de cosas sensibles para confirmar y fortalecer la fe del pueblo; y es que "los milagros fortalecen la fe en Aquel (Jesús) que hace las obras de su Padre" (Catecismo de la Iglesia Católica #548; Vaticano II, Declaración "Dignitatis humanae" 11: "...apoyó y confirmó su predicación con milagros para excitar y robustecer la fe de los oyentes, pero no para ejercer coacción sobre ellos").

Un signo claro de que Dios es el que obra a través de estas imágenes no son tanto los milagros de curaciones en el orden físico -que por cierto son abundantes-, sino, sobre todo, cuando un hijo de Dios que estaba descarriado se convierte y emprende el camino de la caridad, la santidad, en otras palabras, el camino de la salvación eterna.

Testimonio: "Hace varios años un agente de policía estaba desesperado por las travesuras que le hacía su hijo mayor que no asistía casi nunca a las clases por quedarse en la calle jugando y peleando. Un día el profesor le mandó esta carta: "Le aviso que su hijo no ha venido a clases hoy, y que lo han visto bañándose en un pozo muy peligroso en el río". El pobre policía se llenó de cólera, y esperó en la puerta de su casa a que retornara el desobediente. La esposa temblaba de sólo pensar en la tragedia que se aproximaba; ella conocía el mal genio de su marido.

»Finalmente apareció el muchacho; venía lleno de barro y con los vestidos destrozados. El hombre no dijo palabra. Lo agarró de la camisa, y casi arrastrándolo se lo llevó calle arriba. La gente contemplaba asustada.

»Con el muchacho fuertemente agarrado para que no se le escapara, nuestro policía penetró en una oscura iglesia, y dirigiéndose a una capilla lateral arrodilló allí a su hijo de un fuerte empujón, ante la imagen de la Santísima Virgen, y le dijo con voz entrecortada por la cólera y la desilusión: «Señora, yo no he podido con este sinvergüenza. Aquí se lo dejo a ver si en tus manos sí se arregla». Y se fue. El muchacho quedó aturdido. Pasado un rato levantó los ojos y contempló la imagen de la Virgen que parecía mirarlo con ojos de tristeza. Las últimas palabras de su padre seguían zumbando en sus oídos: «a ver si en tus manos sí se arregla». Y salió resuelto a cambiar de conducta. Desde aquel día se convirtió en consuelo y orgullo de sus padres. Ahora es uno de los mejores obispos del Canadá (Fratelo Remo)." (El Libro de la Virgen, pág. 141).

También, con el pueblo de Israel Dios usó una imagen para curarlo cuando éste, rebelándose contra Él, por castigo les envía una plaga de serpientes venenosas. Los israelitas piden a Moisés que les interceda ante Dios para que aleje esa plaga. Entonces "Moisés habló por el pueblo y Yahvé le respondió: «Haz una serpiente de bronce, pónla en un palo y todo el que la mire sanará.» Moisés así lo hizo. Si alguno era mordido miraba la serpiente de bronce y no moría" (Números 21, 4-9). Que tiempo después fue destruida porque se le comenzó a dar un culto idolátrico; lo mismo podemos hacer los católicos si a nuestras manos nos llega imágenes que sabemos hayan sido utilizadas en centros espiritistas, santería y otras formas de superstición. No se pueden guardar ni utilizar imágenes que hayan sido utilizadas en tales actos de idolatría.

Por tal razón, si la prohibición de imágenes fuese absoluta Dios no mandaría a que se hiciese la imagen de una serpiente, mucho menos haría que por medio de esa serpiente de bronce fuese curado su pueblo pudiéndolo hacer sin la necesidad de una imagen. Ahora, si Dios pudo y quiso sanar a su pueblo por medio de una imagen de serpiente, ¿cuánto más hará por medio de imágenes de Jesús, la Virgen María y los santos? ¿O es que la imagen de una serpiente, que en muchas ocasiones es presentada como el símbolo o figura del mal (Ver: Génesis 3, 1ss.; Apocalipsis 12, 9; 20, 2), tiene más preferencia ante Dios que las de aquellos que vivieron su Santa Palabra y fieles a su Santa Voluntad?

Nuevos secretos en la imagen de la Virgen de Guadalupe:

Segunda objeción: "No te postres ante ellas”

Lámina de "Defiende tu fe" (toca imagen para agrandar:

Pero volverás a preguntar: "Pero es que Dios también prohibió que se postraran ante ellas, ¿por qué entonces los católicos lo hacen?”

Primero. Vemos que las veces en que Dios prohíbe hacer imágenes lo hace con esta intención: "No se hagan imágenes y se postren ante ellas para adorarlas como a dioses." Por eso la Iglesia Católica, como la legítima portadora de la Palabra y verdades de Dios (1Timoteo 3, 14-15; Efesio 3, 8-11), condena esa práctica de adorar imágenes. Jamás la Iglesia ha enseñado, dicho o insinuado que a las imágenes hay que adorarlas, todo lo contrario, pues la Iglesia pide y enseña a los fieles que tengan mucho cuidado cuando estén ante una imagen, no sea que por ignorancia o negligencia corran el peligro de abusar de ellas. Si hay católicos que por una razón u otra, en la práctica, desfiguran el verdadero culto de veneración debido a las imágenes es culpa de ellos, no de la Iglesia.

Por lo tanto, achacarle a la Iglesia el ser propagadora de la idolatría por el culto que tributa a las imágenes es ignorancia o, peor aún, malicia diabólica.

Segundo. Lo más importante es que la Iglesia jamás ha enseñado que las imágenes sean dioses o que posean poderes divinos y que por lo tanto merezcan ser adoradas (eso es solamente de espiritistas, santeros, astrólogos, supersticiosos..., cosas que la Iglesia Católica condena y siempre ha condenado), sino más bien honrarlas por lo que representan. Un católico bien instruido en las verdades y enseñanzas de la Iglesia sabe que las imágenes no se adoran, y además no es un tonto para creer que tal imagen es Dios poniendo su confianza, esperanza y seguridad en ellas. Un católico bien instruido al honrar una imagen sabe que no lo hace por el material del cual está hecha (yeso, plástico, metal, pintura...), sino porque con esos materiales se hicieron representaciones de ciertas personas que existieron y que por sus virtudes, vida ejemplar y entrega total a Cristo y su Evangelio, nos enseñan al imitarlos a ellos, a hacer lo mismo que ellos hicieron, y ver que sí es posible la santidad. Por eso las imágenes son una ayuda al fiel creyente para dirigirse con mayor confianza a la persona que ésta está representando.

Tercero. Si los católicos hacemos reverencia ante las imágenes ello se debe a que ésta es una forma de honrarlas (no por lo que son, sino por lo que representan), por ejemplo: el que una persona se incline o reverencie a otra (Sacerdote, Obispo o el Papa) o una representación de alguna otra persona (Jesús, María o los santos), ello no quiere decir que obligadamente tal persona esté creyendo que aquella persona o imagen ante la cual está haciendo un acto de reverencia, la esté adorando o sirviendo como a Dios. Creer en esto es pura ignorancia del verdadero pensar y sentir humano. Al contrario, al yo reverenciar al Sacerdote, Obispo o al Papa estoy con ello reconociendo la autoridad que ellos recibieron de Cristo por el Espíritu Santo (Hechos 20, 28), y con esta acción y a través de ellos estoy reconociendo y honrando a Cristo quien los eligió como a sus representantes, pastores y ministros de su rebaño. De la misma forma cuando los católicos honramos las imágenes estamos honrando a aquellos que éstas representan y en ellos reconocemos a Cristo como el Único Dueño y Señor que los llevó a las cumbres de la santidad y la salvación eterna.

Por eso, dice bien claro la Iglesia que "el culto de la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos conducen a Dios encarnado.

»Ahora bien, el movimiento que se dirige a la imagen en cuanto tal no se detiene en ella, sino que tiende a la realidad de la que ella es imagen" (Santo Tomás de Aquino, s. th. 2-2, 81, 3 ad 3). (Catecismo de la Iglesia Católica, #2132).

NOTA. Hay católicos que (por ignorancia) cuando hablan de la Virgen María o los santos, los catalogan de muy milagrosos o milagreros. Ni los santos, ni la Virgen María, ni los ángeles, ni mucho menos sus representaciones realizan milagros, por consiguiente tal calificativo es falso y puede inducir a una fe supersticiosa y dar motivos, a los enemigos de la Iglesia, para que la ataquen. La Iglesia Católica enseña (y siempre así lo ha hecho) que solo Dios es quien obra los milagros (y también lo hace por intercesión de la Virgen María y los santos). 

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